FADE niega amenazas a los trabajadores y recomienda a los sindicatos no hacer nada "de lo que puedan arrepentirse"

El secretario general de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), Alberto González, ha recomendado este martes en Gijón a las organizaciones sindicales que no hagan ningún tipo de acto "del que después puedan arrepentirse", al tiempo que ha negado que existan empresas asturianas que hayan chantajeado a sus trabajadores con despedirles si secundan la huelga general.

El secretario general de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), Alberto González, ha recomendado este martes en Gijón a las organizaciones sindicales que no hagan ningún tipo de acto "del que después puedan arrepentirse", al tiempo que ha negado que existan empresas asturianas que hayan chantajeado a sus trabajadores con despedirles si secundan la huelga general.

González, antes de inaugurar en la Laboral una jornada sobre la reforma laboral, ha apuntado que, en primer lugar, FADE se muestra contraria a la huelga, en segundo, recomienda a sus asociados que abran si voluntariamente consideran que deben hacerlo y, en tercer lugar, que si hay cualquier tipo de acto violento que impida abrir los negocios que lo pongan en conocimiento de las autoridades para que actúen en consecuencia.

En este sentido, ha señalado que los empresarios están en su derecho de ejercer las acciones oportunas contra quien les coarte su libertad para actuar. Asimismo, ha ironizado con que habrá que cambiar el diccionario al desconocer lo que es un "piquete convencitivo".

También ha agregado que los sindicatos se están equivocando y trasladando un mensaje que, hasta ahora, había sido muy tranquilo, por lo que FADE había sido "muy respetuosa" con ellos. "Han enseñado la verdadera cara que hay detrás de esta convocatoria", ha apuntado.

En su opinión, con la amenaza de piquetes potentes están intentando intimidar a todos los asturianos y les ha advertido que, pese a estar perfectamente reconocidos en el Ordenamiento Jurídico, hay otra serie de leyes que están por encima, como el de la libertad de las personas para hacer lo que les parezca oportuno.

Según González, los empresarios no tienen miedo pero sí respeto justificado antes las palabras que se escuchan estos días por parte de los sindicatos, con frases como que habrá piquetes potentes o que se va a cerrar Asturias, además de anunciar que se saltarán los servicios mínimos.

A su juicio, el objetivo de todo esto es trasladar un mensaje de inquietud a los ciudadanos, entre los que están también los empresarios y que perciben el citado mensaje "claramente".

Como ejemplo, ha señalado que si tienes un niño que va en transporte escolar y tiran una pedrada que da al niño, lógicamente se aprecian riesgos, al igual que si un comerciante cree que pueden romperle las lunas del negocio o quemar parte de la empresa "esos piquetes coercitivos, que no informativos", también puede sentir cierto respeto ante la convocatoria.

Es por ello que desde FADE se ha animado a hacer un ejercicio de "reflexión tranquila" entre todas las partes implicadas en el conflicto, es decir, por una parte los convocantes de la huelga y, por otra, el resto de ciudadanos, así como que cada uno pueda hacer lo que quiera libremente.

Asimismo, ha dejado claro que FADE no tiene constancia de "absolutamente ninguna" amenaza por parte de los empresarios de ni una sola empresa en Asturias para evitar que los trabajadores secunden la huelga. Según él, lo que les han transmitido las empresas es que van a respetar el derecho a la huelga de sus empleados. "Si los sindicatos tienen constancia, que lo denuncien", ha instado con respecto a las amenazas.

Respecto a la reforma laboral, motivo de la huelga, ha señalado que no le ven ninguna ventaja desde FADE, ya que no es la que necesita el país en este momento ni va a permitir generar empleo.

Para él, se tenía que haber sido más valiente y avanzar en temas de contratación, de flexibilidad o de organización interna de las empresas para alcanzar los objetivos perseguidos. Todo esto es lo que se va a abordar en la jornada de este martes, en la que se va a abrir un debate para estudiar si puede mejorarse en un futuro en las partes en las que no se hizo de forma adecuada.

Nada es irreversible

En cuanto al ofrecimiento del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para negociar con los sindicatos el Reglamento después de la huelga, ha reiterado que lo que quiere el Ejecutivo español es "mostrar una cara amable después del lío que le están montando". "No olvidemos que ésta es una huelga política", ha asegurado antes de añadir que no es montada contra los empresarios.

Asimismo, ha dicho desconocer a qué términos en concreto se refiere Zapatero cuando habla del Reglamento, pero ha recordado que hay un tema pendiente, que es la reforma de la negociación colectiva. En este punto, ha señalado que el Gobierno había anunciado que iba a actuar si no se alcanzaba un acuerdo en el plazo de seis meses entre sindicatos y patronal, un tema en el que ha reconocido que no se avanzado mucho. "Vamos a ver cómo actúa", ha dicho sobre el Gobierno.

Preguntado sobre si la Reforma Laboral es irreversible, ha indicado que nada lo es, "salvo la muerte". En su opinión, podrá ser abordada por este Gobierno o por otros y deberá adecuarse a las necesidades futuras de la economía y del país, en función de cómo vayan desarrollándose los acontecimientos. De hecho, ha aventurado que esta reforma "no va a tener una vida muy larga" y ha añadido que en no mucho tiempo es posible que tenga que revisarse.

Además, ha destacado que le llama mucho la atención que los convocantes de la huelga hayan antepuesto las vacaciones de verano a la movilización. "Si las razones eran tan importantes hace tres meses deberían haberla convocado antes, pienso yo", ha indicado.

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