El Centro de Educación e Internamiento por Medida Judicial de Zaragoza, situado en el barrio rural de Juslibol, ha iniciado un programa de conciertos con la colaboración de la Asociación Aragonesa de Músicos Contemporáneos. Periódicamente diferentes grupos acercan al centro diversas formas de expresión a través de la música.

El grupo zaragozano Wasabi ha sido el primero en participar en el ciclo. Además de la música rock, el jazz, la música coral o los dj estarán presentes en las próximas semanas. Los grupos colaboran en esta iniciativa de manera desinteresada.

El director del centro de menores de Juslibol, Francisco Aguelo, ha explicado que con una iniciativa como esta persiguen dos objetivos: que la sociedad se acerque al centro y que los internos vean que existe la posibilidad de expresarse sin violencia.

Aguelo ha reconocido que la tendencia en este tipo de centros es aislar y separar a las personas que presentan problemas, sin embargo él considera que "estos chavales viven en régimen cerrado, no pueden participar en la sociedad, y por eso es bueno que diferentes aspectos de la sociedad se acerquen al centro".

En este sentido, en el centro trabajan con los menores a través de la creatividad. "Todo lo que tiene que ver con la exploración de nuevas formas de estar bien, sin hacer daño a otros ni a si mismos, es importante", ha explicado el director, "tienen la posibilidad de crear y de expresar cosas distintas que no sea agredir a otros".

El Centro de Educación e Internamiento por Medida Judicial de Zaragoza acoge en la actualidad a una treintena de internos, según han indicado desde el Departamento de Servicios Sociales y Familia del Gobierno de Aragón. Inaugurado en 2006, es pionero en la intervención con los menores ya que desarrolla programas eminentemente educativos y responsabilizadotes para lograr la integración y reinserción social de los internos.

Este centro de Juslibol está provisto de las condiciones socioeducativas adecuadas para que el menor aborde y supere las dificultades que le han conducido al comportamiento problemático. Así, los programas permiten la participación de los padres o guardadores, de manera que se favorecen los vínculos afectivos, y cuentan con la colaboración de entidades públicas y privadas en el proceso de integración social.

Se trata de encontrar el equilibrio entre el disfrute de los derechos y libertades constitucionales de los menores y la sentencia que les ha llevado al centro.