Las forenses que han declarado este martes en el juicio que se sigue contra el acusado del doble crimen de la calle Oporto han desmontado uno de los argumentos del autor confeso, Jacobo Piñeiro Rial, al considerar "muy poco probable" que éste se hiriese en la mano en un forcejeo con una de las víctimas y que luego lograse asestarles 57 puñaladas.
Estos testigos han explicado que la herida que presenta en la mano derecha dejó inutilizados dos dedos, por lo que perdería fuerza y capacidad de sujetar el arma con la que, según apuntó Jacobo, luego habría atacado a Julio Anderson Luciano y a Isaac Pérez Triviño. Esta explicación refuerza la hipótesis de las acusaciones, que mantienen que el acusado no inició el ataque en respuesta a una amenaza y para defenderse, sino que probablemente se hirió al resbalarle la mano cuando infligía alguna de las cuchilladas a sus víctimas.
Las forenses también han confirmado que el "cociente intelectual límite" del acusado no le impedía discernir lo que está bien y lo que está mal, y que las drogas y el alcohol que había consumido en las horas previas tampoco le afectaron. De hecho, una de las doctoras ha apuntado que Piñeiro tuvo una "conducta elaborada y planificada" al cometer el doble crimen.
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