El portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Francisco Hernández Spínola, ha considerado que la creación de una comisión especial de control del gasto corriente por parte del Gobierno de Canarias responde a la "guerra interna" que existe entre los socios que conforman el Ejecutivo, que "pretende hacer en 21 días lo que no ha hecho en tres años".

En el transcurso de una rueda de prensa, Francisco Hernández Spínola ha incidido en que esta iniciativa es "una más del espectáculo surrealista y esperpéntico al que día a día nos someten el presidente y el vicepresidente del Gobierno, Paulino Rivero y José Manuel Soria, con este baile de celos, recelos y desconfianzas mutuas".

"Si quieres que algo no funcione, crea una comisión", señaló el diputado socialista —citando la Ley de Murphy—, para añadir que resulta "patético" escuchar a José Manuel Soria que fue él quien propuso al consejero de Presidencia, Justicia y Seguridad, José Miguel Rumano, que fuera el presidente de la comisión. Según Spínola, con estas declaraciones "pretende engañar a los ciudadanos porque todo el mundo sabe que Soria ha sido apartado y desautorizado para la elaboración de los presupuestos, a pesar de que esta responsabilidad la tiene porque así lo disponen las leyes".

El diputado socialista entiende que esta atribución a José Miguel Ruano "pone de manifiesto que en el Gobierno de Canarias los principios de coordinación, eficacia y eficiencia, y el respeto a las leyes y a las órdenes departamentales brillan por su ausencia". Además, criticó que se le encargue la presidencia de esta comisión a un consejero que "en la misma semana incrementa las retribuciones de la Policía Canaria en 208 euros a cada uno por la puerta de atrás, a través de una fraudulenta corrección de errores de un decreto publicado en agosto de 2008".

Para el portavoz, "tal es el desbarajuste que ofrece el Gobierno de Canarias en esta materia, que a día de hoy aún se desconoce cómo se ha ejecutado el recorte del gasto de 126 millones de euros con cargo al presupuesto del año 2010". "Por tanto, opacidad, falta de transparencia y falta de diligencia", concluyó.