Paul Giamatti en Venecia: "Soy capaz de enamorarme unas quince veces al día"

  • El intérprete ha venido a Venecia a presentar 'Barney's version'
  • Es uno de los candidatos a alzarse con el premio al mejor actor
El actor Giamatti posa para los medios en Venecia.
El actor Giamatti posa para los medios en Venecia.
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El actor Giamatti posa para los medios en Venecia.
Sale el sol por fin en Venecia después de un par de días lluviosos y Paul Giamatti recibe a un grupo de periodistas en
una de las carpas que pueblan los aledaños del Palazzo del Cinema, capital de esta 67ª Mostra. Giamatti, protagonista de
Barney's version, cuenta con una buena oportunidad de hacerse con la Copa Volpi al mejor actor por su interpretación de
Barney Panofsky, un productor televisivo canadiense, judío, arisco y enamoradizo.
Giamatti comparte con su personaje su facilidad por enamorarse "unas 15 veces al día", como reconoce entre risas. Y
hablamos de un personaje, el de Barney, capaz de irse en pleno banquete de su boda tras una mujer por la que acaba de
sentir un flechazo irremediable.
En pantalla, junto al actor de Entre copas, también aparece Dustin Hoffman interpretando a su padre. Un actor que, a su
manera, abrió el camino a tipos como Giamatti con personajes peculiares, con un punto de irreverencia, distintos al canon
hollywoodiense de belleza y carisma ante todo. Y el intérprete reconoce la importancia del trabajo de Hoffman para que
actores de su talla hayan encontrado un hueco en los estudios: "Dustin es un actor maravilloso. Sin su trabajo no podría
hacer papeles como los que me ofrecen en la actualidad".
A diferencia de otras grandes estrellas del cine norteamericano, a Giamatti el reconocimiento internacional no le llegó a
las primeras de cambio. Su éxito ha sido fruto de una larga y trabajada carrera en la que Entre copas supuso un punto de
inflexión, que ni él mismo esperaba, "¿cómo iba a esperar el éxito de una película que habla de dos borrachos bebiendo
vino?", se pregunta.
Su nueva posición no le ha alterado en exceso, porque para el artista la fama no era un objetivo de su carrera. "Nunca
hacía papeles protagonistas, pero siempre he trabajado, sobre todo en teatro he tenido buenos personajes Pero me hace muy
feliz, claro, no ha sido algo planeado. Prefiero haber triunfado tarde", explica a los presentes.
Entre sus planes de futuro, además de seguir metido en pequeñas producciones y alejado de los grandes presupuestos,
Giamatti prefiere no acercarse a la dirección pero sí dar cancha a su productora. Del primer punto opina que es una
ocupación que no le "apetece" llevar a cabo. "Hacer una película es un trabajo de muchos años, no tengo el tiempo ni la
dedicación para ello", concluye.
Sobre su productora, Touchy Feely Productions, en la que ya ha financiado dos proyectos, asegura estar contento con ella
aunque no pretende crear un imperio, si no más bien "financiar películas pequeñas".

Sale el sol por fin en Venecia después de un par de días lluviosos y Paul Giamatti recibe a un grupo de periodistas en una de las carpas que pueblan los aledaños del Palazzo del Cinema, capital de esta 67ª Mostra. Giamatti, protagonista de Barney's version, cuenta con una buena oportunidad de hacerse con la Coppa Volpi al mejor actor por su interpretación de Barney Panofsky, un productor televisivo canadiense, judío, arisco y enamoradizo.

Giamatti comparte con su personaje su facilidad por enamorarse "unas 15 veces al día", como reconoce entre risas. Y hablamos de un personaje, el de Barney, capaz de irse en pleno banquete de su boda tras una mujer por la que acaba de sentir un flechazo irremediable.

En pantalla, junto al actor de Entre copas, también aparece Dustin Hoffman interpretando a su padre. Un actor que, a su manera, abrió el camino a tipos como Giamatti con personajes peculiares, con un punto de irreverencia, distintos al canon hollywoodiense de belleza y carisma ante todo. Y el intérprete reconoce la importancia del trabajo de Hoffman para que actores de su talla hayan encontrado un hueco en los estudios: "Dustin es un actor maravilloso. Sin su trabajo no podría hacer papeles como los que me ofrecen en la actualidad".

Éxito inesperado

A diferencia de otras grandes estrellas del cine norteamericano, a Giamatti el reconocimiento internacional no le llegó a las primeras de cambio. Su éxito ha sido fruto de una larga y trabajada carrera en la que Entre copas supuso un punto de inflexión, que ni él mismo esperaba, "¿cómo iba a esperar el éxito de una película que habla de dos borrachos bebiendo vino?", se pregunta.

Su nueva posición no le ha alterado en exceso, porque para el artista la fama no era un objetivo de su carrera. "Nunca hacía papeles protagonistas, pero siempre he trabajado. Sobre todo en teatro he tenido buenos personajes Pero me hace muy feliz, claro, no ha sido algo planeado. Prefiero haber triunfado tarde", explica a los presentes.

Entre sus planes de futuro, además de seguir metido en pequeñas producciones y alejado de los grandes presupuestos, Giamatti prefiere no acercarse a la dirección pero sí dar cancha a su productora. Del primer punto opina que es una ocupación que no le "apetece" llevar a cabo. "Hacer una película es un trabajo de muchos años, no tengo el tiempo ni la dedicación para ello", concluye.

Sobre su productora, Touchy Feely Productions, en la que ya ha financiado dos proyectos, asegura estar contento con ella aunque no pretende crear un imperio, si no más bien "financiar películas pequeñas".

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