Una escultura honorífica hallada casualmente por un colaborador del Museo de Zaragoza en la localidad zaragozana de Fabara, junto al río Matarraña, ha permitido comprobar la pronta implantación de la cultura íbera en el valle del Ebro. El director general de Patrimonio Cultural, Jaime Vicente, ha presentado este jueves la obra.

Se trata de una pieza zoomorfa que parece representar una leona y que simbolizaría la fuerza de su propietario. Por el efecto de la erosión, durante siglos, está muy deteriorada en alguno de sus lados, pero se conserva la forma, como si apoyara la cabeza en el suelo y tuviera recogidas sus patas. También quedan restos de marcas realizadas intencionadamente.

Jaime Vicente ha explicado esta tarde que hay muy pocos ejemplos de escultura íbera en el valle del Ebro y que con la pieza hallada en Fabara se puede documentar la presencia de la cultura íbera en su etapa madura en el siglo V antes de nuestra era, lo que a su vez alude a la pronta implantación de esta cultura en el valle del Ebro. La presencia íbera en esta época está muy documentada en Andalucía, no en Aragón.

El director general ha señalado que la pieza corresponde a una sociedad muy jerarquizada, con "una ideología muy complicada" y ha recordado que en el valle del Ebro hay escasos ejemplos de esta cultura.

En concreto, en la década de los años 80 del siglo XX fueron halladas otras cuatro esculturas, como son los dos caballos del palacio de Palao de Alcañiz (Teruel), un felino de la antigua Tolous, en Monzón (Huesca), dos estatuas sedentes en Albelda (Huesca) y una cabeza con gorro cónico hallada en la necrópolis tubular de la Avenidia Martínez de Velasco de Huesca.