18 institutos tendrán vigilancia policial para evitar el trapicheo

Se encargarán la Nacional y la Local, sin aumentar plantilla. Desde que el Gobierno anunció el plan contra la droga en los centros escolares, los consumidores y camellos son más precavidos.
Los agentes interrogan a los que merodean fuera del instituto.
Los agentes interrogan a los que merodean fuera del instituto.
M. G. Brea
Los agentes interrogan a los que merodean fuera del instituto.
La Policía Local y la Nacional se repartirán, en los próximos días, 18 de los 62 centros de secundaria vigueses para vigilar el consumo y trapicheo de estupefacientes. La Subdelegación de Gobierno no ha querido especificar los nombres de estos centros, los más conflictivos, para no «criminalizarlos».

Aunque hace ocho años que el tráfico y el consumo están «controlados» en los institutos vigueses, insiste la Policía Local, educadores y Fuerzas de Seguridad coinciden en que la presencia policial sigue siendo la mejor manera de disuadir a consumidores y  posibles camellos.

Ayer, día de entrada en vigor del plan antidroga del Gobierno, 20 minutos acompañó a una patrulla de la Policía Local en la vigilancia de un instituto de secundaria.

12.25 h, IES Castelao

Llegada al centro: Los agentes interrogan y cachean a un chico que hay en el parque que linda con el centro, donde el consumo y menudeo de hachís es frecuente. Tiene una china pequeña, pero como no estaba consumiendo le toman los datos y lo dejan tranquilo. «Esperaba a su novia, ni siquiera tenía papel», dice un agente.

12.30 h, recreo: Las puertas del patio se cierran. Unos jóvenes hablan con los alumnos a través de las verjas. Los policías se dirigen a ellos. Los interrogan y cachean. Son consumidores, pero no tienen nada encima y dicen no querer iniciar a los más jóvenes.

12.45 h, retirada: «Los chavales saben que se está incrementando el control y tienen más cuidado», explica un agente. «Consumo hay en todos los centros, sobre todo a la salida, y desde los 14 años».

Los institutos públicos vigueses opinan

IES Ricardo Mella. «Hay trapicheo»

El jefe de estudios confirma que fuera del instituto de Coruxo existe consumo y tráfico a pequeña escala, en los que ha participado algún alumno, ya sancionado. «La presencia policial es insuficiente», considera.

IES A Guía. «No se va a notar»

«El plan del Gobierno no va a cambiar mucho las cosas», opina el subdirector. «Son 3.000 efectivos para toda España», recuerda. «¿Cómo van a vigilar los recreos de todos los centros si son a la misma hora?», se pregunta.

IES Beade. «La poli intimida»

«Detectamos trapicheo de manera esporádica», reconoce la jefa de estudios. «Hace tiempo que la Policía se pasa por aquí una o dos veces por semana, y eso intimida a posibles vendedores», afirma.

IES Santa Irene. «No hay problema»

En este centro no tienen problemas por consumo o tráfico de drogas, según su jefe de estudios. «Suele haber un coche de Policía en praza de América, y eso puede evitar que merodeen trapicheros», dice.

IES Torrecedeira. «Muchos fuman»

«No cerramos el recinto en el recreo para que no parezca una cárcel, aunque sabemos que consumen fuera del centro, pero ahí no podemos hacer nada», dice el jefe de estudios. «La Policía necesita más efectivos para vigilar».

IES Castelao. «Hay control»

«Hace tiempo que no tenemos problemas, y notamos cierto control policial», asegura el director. «El plan es necesario porque aún hay centros en la periferia con problemas serios».

IES Teis. «Se consume fuera»

El director subraya que llevan un par de meses sin problemas, desde que la Policía Local se acercó a evaluar la situación del centro. «Sabemos que esto va por rachas y que en las proximidades del centro se consumía y trapicheaba».

IES Valadares. «No nos afecta»

Este instituto está alejado del centro urbano vigués, y por esta razón el problema de las drogas nos afecta menos, considera el jefe de estudios. Aun así, cree que «es bueno que los agentes nos ayuden a controlar el trapicheo que se da fuera de los centros».

IES Carlos Casares. «Se nota el efecto»

A principios de curso notaron la presencia de camellos en el recreo de martes y viernes. Avisaron a la Policía, hicieron ronda y se acabó el problema, «al menos hasta hoy», relata la directora. «La presencia policial es disuasoria».

El tráfico y el consumo se concentran en el exterior

En el recinto escolar están erradicados. Los responsables educativos aseguran que, desde que hace ocho años, se empezaron a cerrar las puertas en los recreos y los profesores controlan el patio se redujo progresivamente el consumo y el tráfico de drogas en los centros. Bien distinto es lo que sucede fuera del recinto, donde la mayoría reconoce que existen ambas prácticas.

Los consumidores de hachís y sus trapicheros espabilan rápido e inventan escondites para burlar los registros policiales, confirman los agentes. «Para pillarlos tienes que pensar como ellos, muchos esconden la droga en el calzoncillo pensando que ahí no buscarás», dicen.

Con la sistematización de la vigilancia que exige el nuevo plan, la Policía Local tendrá que doblar esfuerzos sin incrementar la plantilla.

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