Montador de cocinas

«Las aceras del barrio del Carmen son las peores de la ciudad». «Vivo en el barrio del Carmen y las aceras son las peores de la ciudad con diferencia. Además, no me gusta que haya tanta población inmigrante porque hay gente que tiene miedo aunque, por ahora, yo no he tenido problemas. Lo mejor es que tenemos de todo en el barrio. No nos falta de nada».

Alicia Rubio

Estudiante

«El ‘botelleo’ deja los jardines del barrio muy sucios». «Los jardines de Vistalegre están muy sucios porque la gente hace botelleo y no se molesta en recoger los desperdicios. Además, el ruido que hacen por las noches es muy molesto. Aparcar el coche en la zona es otra odisea. Sin embargo, tenemos muchos comercios a mano y todo lo que necesitas está muy cerca».

José M. Sánchez

Fisioterapeuta

«El ruido del tráfico es lo peor de vivir en la plaza Circular». «Vivo en la plaza Circular y lo peor de todo es el ruido de los coches y de los autobuses. Además es muy difícil aparcar. Yo he tenido que alquilar una plaza de garaje que me cuesta 90 euros al mes porque es imposible encontrar un sitio. Lo mejor es que puedes ir andando a todos lugares porque el centro está muy cerca».

Antonio Cerezo

Jubilado

«Hay una fusión perfecta entre tiendas de barrio y grandes comercios». «Vivo en la plaza San León Magno (zona centro) y lo mejor es la fusión perfecta que existe en-tre las tiendas de toda la vida y las de grandes marcas comerciales. Sin embargo, muchas de estas grandes tiendas tienen extractores que por la noche hacen mucho ruido y que molestan».

Pilar Molina

Comerciante

«Me siento insegura paseando por el barrio del Carmen». «Vivo en el barrio del Carmen de toda la vida y ya no me siento segura. Hay muchos ciudadanos inmigrantes y eso no me gusta porque ya han causado problemas a algunos vecinos, aunque yo no he tenido ninguno. Lo mejor es que el barrio es especial y uno de los más auténticos de Murcia».

María Cámara

Estudiante

«El ruido de los bares no me deja dormir». «Vivo frente al campus de la Merced y no soporto el ruido que hacen los bares. Los fines de semana no me puedo dormir hasta las cuatro o las cinco de la mañana por la música y los gritos de la gente. Lo mejor es que estoy cerca de la biblioteca y a pocos minutos andando de cualquier sitio del centro».