Uno por uno, sus padres decidieron llevárselos a casa, pero después de exigir a la Policía Local que levantara acta de «una situación intolerable al volver de vacaciones», según varios padres consultados.

El último niño dejaba el colegio a mediodía, cuando su horario de clase no concluye hasta las 17.00.

El traslado y, por tanto, la baja de las educadoras se conocía en el centro escolar desde el 14 de diciembre, hace más de tres semanas. De hecho, su dirección envió ese mismo día un escrito por correo certificado a la dirección territorial y reclamó una entrevista urgente con responsables de la Conselleria, pero no ha tenido respuesta.

Sin fecha de recambio

Ni cortos ni perezosos, los padres se trasladaron ayer de inmediato a la Delegación Territorial de Educación, «para ser recibidos».

A las 13.15 horas del mediodía, su subdirector, Antonio Esclapé, les prometió que «en dos o tres días» habrá nuevas educadoras.

No obstante, desde la Conselleria de Educación informaron también ayer mismo de que «ya existe informe favorable al reemplazo» de estas educadoras, con una cualificación especial, aunque «sin fecha».

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Darles de comer y cambiar pañales

Los alumnos del colegio Joaquín María López necesitan atenciones tan básicas como cambiarles los pañales o darles la comida. Fuentes del centro tildaron la situación de «caótica», ya que «son alumnos con todos los derechos». Se trata del único colegio público para niños plurideficientes de Alicante, pues el Santo Ángel de la Guarda, en Tómbola, es para menores con alta discapacidad. Y de pago son la escuela concertada San José de Carolinas y la institución Infanta Elena.