Aunque están cubiertos, intentar practicar cualquier deporte de pelota en ellos los días en los que la lluvia no cesa o la niebla envuelve las instalaciones es un severo riesgo físico para los deportistas.

El agua entra por el costado de las instalaciones, la humedad se condensa y deja las pistas impracticables. Por ese motivo, Bilbao Kirolak, el instituto municipal de deportes, decide cerrar los frontones cada vez que la humedad se convierte en un peligro.

Sin ir más lejos, durante los  pasados 15 días -la lluvia no ha cesado- los seis frontones del polideportivo de Txurdinaga, los tres de Artxanda y los dos de  Rekalde tuvieron que cerrarse. Los  empleados de las instalaciones, quienes se encargan de verificar el estado de las pistas, reconocen que es una práctica habitual que deja sin servicio a los usuarios de manera continua.

Las goteras, además, hacen acto de presencia en algunos de ellos, lo que dificulta aún más la práctica deportiva y, si están abiertos, las caídas y resbalones se suceden. «Aunque no haya agua, la humedad convierte la cancha en una pista de patinaje», aseguran los deportistas.

La única solución para los abonados pasa por acudir al único frontón del polideportivo de San Ignacio, el único, a su vez, de toda la red de pistas que está cubierto y cerrado en su totalidad. Los doce frontones tienen una media de ocupación de alrededor de seis horas diarias.

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Caídas, denuncias y soluciones

Bilbao Kirolak trabaja desde hace tiempo para solucionar el problema de las humedades. El instituto de deportes decidió cerrar los frontones cada vez que llovía para impedir lesiones y, a su vez, denuncias de los deportistas. Pero, para solucionar el problema de una vez por todas, la medida es «cubrir del todo» las instalaciones. En las de Txurdinaga, se baraja cubrir bajo un mismo techo los seis frontones y los campos de tenis. Y, además, poner suelo antideslizante en las pistas.