El concurso tiene 6.958 estudiantes de primero y segundo de ESO de 118 centros, lo que supone un incremento del 40% en ambas cifras sobre la pasada edición. En total, son 315 las aulas que han decidido dejar el tabaco, por lo menos hasta el próximo abril, frente a las 223 del pasado curso.

Por vez primera, la Xunta abrió la posibilidad de que los padres se uniesen a la lucha de sus hijos contra el tabaco, pero la respuesta ha sido mínima: se han recibido 337 solicitudes de participación en el programa Fogares sen fume.

La cifra no es por el momento definitiva, aunque, según explica un coordinador del programa, sí refleja el menor interés de los padres. Según las encuestas realizadas el pasado año, dos de cada tres niños participantes convivían con fumadores.

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¿Qué es?: Un programa de prevención del tabaquismo en el que participan quince países europeos.

¿Cómo funciona?: A través del compromiso de los estudiantes para no fumar, tampoco fuera de clase.

Controles periódicos

Clases sen fume es un concurso y, como tal, tiene sus reglas. Los participantes, tanto hijos como padres, deben pasar controles periódicos para demostrar que no han fumado. En juego está un viaje a un parque temático que se sorteará entre las clases que lleguen al final del programa y un premio todavía sin determinar para los padres participantes.