La crisis se traduce en la Feria del Centro en una bajada del 20% en la facturación de los negocios hosteleros

Advierten de que el resultado económico de los bares de copas en Cortijo de Torres es "bastante triste, lejos de las expectativas"

La crisis económica, un ligero descenso en el número de visitantes y el daño provocado por la presencia de barras de alcance en la plaza de la Constitución y calle Bolsa y de tiendas "reconvertidas" que se han dedicado a vender alcohol durante la Feria de Málaga son algunas de las causas que han ocasionado que la facturación de los establecimientos hosteleros del centro durante estos ocho días de fiesta haya descendido una media del 20 por ciento respecto a 2009.

El presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Málaga (Aehma), Rafael Prado, advirtió de que "llevamos dos ferias muy difíciles —en la de 2009 también se registró una disminución de la facturación en relación con el año anterior—, sobre todo la de este año".

Así, quizá en esta ocasión el mejor día de los ocho de duración de la Feria —uno menos que en años anteriores— fue el domingo 15, cuando, sin embargo, solía serlo el primer sábado, el de la romería urbana al Santuario de Nuestra Señora de la Victoria, que ahora "ha sido un descalabro, con bajadas en las ventas de más de un 30 por ciento". En general, "todos los días han sido malos en comparación con 2009", lamentó.

En cuanto a las casetas en la plaza de la Constitución y calle Bolsa, declaró a Europa Press que "son sólo barras de alcance, es decir, un mostrador que se pone en la vía pública para atender a la gente y sin aseos, lo que está prohibido en Málaga". Por ello, anunció que si se repiten en 2011, "tendremos que tomar medidas más contundentes, siempre dentro de la legalidad".

Prado incidió en que sus negocios no pueden instalar estas barras, por lo que "afecta al sector hostelero, al ser una competencia desleal", pero también a "la imagen de una Feria que pretende ser elegante, turística y sobre todo muy andaluza", puesto que "el servicio es absolutamente deficiente".

También hizo referencia a la reconversión de pequeños supermercados y comercios del centro en expendedores de bebidas, que durante estos días de la Feria "han crecido indiscutiblemente", contribuyendo al desarrollo del botellón, "al ofrecer precios muy bajos". Según el presidente de Aehma, "cuentan con una ventaja: no tener que aguantar los orines de la gente, que entra en nuestros negocios para usar los baños".

"Eso no es justo", apostilló, haciendo hincapié en que estos comercios "son los que alimentan el botellón —distribuido entre la plaza de la Merced y su entorno— y, en gran medida, son los culpables de su práctica". Ante esto, demandó una normativa específica que "permita evitar estos abusos" y exigió también que se sancione a los que orinan en plena calle.

Ante la cifra que maneja el Ayuntamiento de Málaga de seis millones de visitas durante estos ocho días de Feria —del 14 al 21 de agosto—, opinó que "la afluencia de público ha sido bastante alta, aunque no quizá como el año pasado". "TRANQUILIDAD"

Según el representante de los hosteleros malagueños, ello ha podido contribuir a que, en general, la Feria de este año se haya caracterizado por la "tranquilidad": "no ha habido incidentes significativos y por eso estamos contentos".

Preguntado por otros aspectos positivos, Prado aplaudió haber ganado la batalla a los descamisados, al tiempo que se mostró también satisfecho de la acogida que tuvo la recomendación hecha por su sector de no entrar con chanclas en estos establecimientos. "Vamos dando pasos adelante muy importantes", señaló.

A pesar de los resultados de este año, como dijo Prado, la Feria es la fecha más importante para el sector hostelero del entorno del centro de la capital —cerca de 450 establecimientos del casco antiguo, la zona de La Malagueta y Muelle Heredia—.

Bares de copas

Por su parte, el responsable de salas de fiestas, discotecas y bares musicales de Aehma, Juan Rambla, no dispone de mejores resultados que Prado, especialmente en lo que se refiere al recinto ferial de Cortijo de Torres, donde estos negocios han tenido por primera vez y de forma oficial casetas propias. Indicó a Europa Press que "la impresión inicial es que la crisis se ha notado mucho, mucho más, incluso, que en 2009, en el que ya tuvimos un descenso en la facturación respecto al año anterior".

La experiencia en la nueva 'zona comercial' "ha sido mala", sobre todo porque "había botellón hasta las cuatro o las cinco de la madrugada y, además, no podíamos cobrar una consumición en la puerta", a ello hay que sumar que "hemos hecho inversiones muy importantes para tener casetas con nivel", según Rambla. "Al final, el resultado económico creemos que va a ser bastante triste, muy lejos de las expectativas", aseveró.

"Hay crisis y los jóvenes agudizan el ingenio; así que hacían botellón y luego entraban en nuestras casetas para bailar y usar los baños", manifestó, añadiendo que "había noches que las casetas estaban llenas, no cabía nadie más, pero el consumo, al final, era ridículo, como si la caseta hubiera estado a la mitad".

Aunque agradeció al Ayuntamiento que les permitiese tener casetas propias de forma oficial en el Real, reconoció que tendrán que analizar los resultados y "ver si el pequeño margen de beneficio compensa o no con la inversión hecha y con lo que se ha dejado de ingresar en los negocios del centro al tener que cerrar antes", según lo comprometido con el Consistorio para intentar así que la fiesta no se prolongara por la noche en el casco antiguo y continuara en Cortijo de Torres.

Pese a haber tenido que cerrar antes los negocios del centro, Rambla se mostró más optimista con las ventas registradas en este espacio de la ciudad: "allí más o menos se han mantenido, ya que la bajada se debe a que hemos estado menos horas abiertos". A esos resultados más positivos contribuyó, según expuso, "el poder cobrar una copa en la entrada, algo que no podíamos hacer en el Real, lo que al menos te aseguraba una consumición en el local".

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