Antes del siniestro la cría había quedado a cargo de su hermano mayor, de 15 años, pero el muchacho se ausentó de la casa y dejó sola a la pequeña. Los psicólogos del Samur tuvieron que atender al chico, a la madre y la abuela de la niña, que sufrieron crisis de ansiedad. La familia ha decidido donar los órganos de la niña, dijo ayer el Defensor del Menor, Pedro Núñez Morgades. La Policía investiga si el origen del fuego fue un posible cortocircuito.