En el recinto, que une dos solares, en Villavieja y Jorge Juan, tras las excavaciones y catas pertinentes, levantarán un edificio de cristales iluminado por la noche, con ascensor panorámico y vistas al mar, desde donde se podrá contemplar la muralla aún sumergida de la ciudad y los restos de la Porta Ferrissa, una torre árabe del siglo xi que hasta el xix conservó frases del Corán. Costará tres millones de euros.

El cuarto de baño del noble, persona de avanzada edad, ocupa una zona de servidumbre (reservada para utilidad común) situada fuera del inmueble del particular, en el edificio de al lado, pero el Ayuntamiento le acondicionó este váter hace unos años para negociar son él sin llegar a expropiar.

El área de servidumbre que ocupa el váter «apenas es de unos 3 5 3 m2», según Revenga, quien subrayó ayer que «sólo falta derribar el baño de los marqueses» para empezar las obras, frenadas desde hace cuatro años.

Para que el suelo pase de propiedad privada a pública será preciso una modificación puntual del Plan Especial del Casco Antiguo. Revenga señaló ayer que «aún no existe una valoración de cuánto se les deberá pagar», excepto si hubiera un acuerdo de última hora, ya «casi imposible». Como mucho, «a unos 3.000 euros el m2», cantidad que el Consistorio intentará reducir al máximo.

«Ellos incumplen un contrato»

La idea del marqués, «una persona de mentalidad antigua», es que su espacio de higiene personal perdure. «¿Cómo vamos a mantener una servidumbre privada en un edificio público?», objeta la delegada de Hacienda. El abogado de los marqueses, Salvador Lacy, dijo ayer que sus clientes están «abiertos a todo» para negociar, pero «el Ayuntamiento incumple un contrato» que obligaba a que «cuando restauren todo el edificio nuevo les devuelvan el cuarto de baño».