La actriz Isabel Ordaz protagonizará y coproducirá el próximo otoño 'Los días felices' de Samuel Beckett, un trabajo que define como un "desafío" porque, para ella, el dramaturgo y narrador irlandés es "la cima del teatro". Ordaz, que esta semana ha participado en las actividades culturales de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), donde ha intervenido en el ciclo 'Noches de teatro', dará vida a Winnie, un personaje por el que siente "amor y curiosidad desde hace muchos años".

Pero este no es su único proyecto. Tras el estreno de 'Los días felices', interrumpirá su gira un par de meses para incorporarse al montaje de 'Falstaff', inspirado en el personaje que William Shakespeare creó para su obra 'Enrique IV', que el actor y director Andrés Lima realizará para el Centro Dramático Nacional (CDN).

"Tengo muchas ganas de trabajar con Andrés desde hace tiempo, hemos estado a punto de hacerlo en varias ocasiones, pero no ha podido ser por problemas de fechas", ha reconocido la actriz quien, en este sentido, ha asegurado que ponerse bajo las órdenes del director de 'Animalario' será una "aventura" porque no realizará un montaje 'ad hoc', sino "una fusión" de las distintas aristas y planos de las obras políticas del dramaturgo inglés.

La ganadora de un premio Goya a la mejor actriz revelación en 1997 por su papel de Lucía en 'Chevrolet' formará parte de un elenco "excepcional" de 14 artistas compuesto, entre otros, por Ernesto Alterio, Gonzalo de Castro o Carlos Canut que, según Andrés Lima, "suele arriesgarse".

Precisamente, preguntada por esta última afirmación, Ordaz ha confesado entre risas que ella es así, una actriz que cree mucho en su trabajo, en "la magia del teatro" y que trabaja con todo, con el cuerpo, la mente, las emociones, la imaginación y la observación. "Como él —en referencia a Andrés Lima— es un actor que lo pide todo, pues estamos hechos el uno para el otro", ha aseverado.

Después de tres décadas de intenso trabajo en cine, televisión y teatro, en los que ha sido dirigida por Fernando Trueba o Fernando Colomo y en los que ha compartido cartel con Verónica Forqué o Gabino Diego, la actriz madrileña ha admitido que prefiere el teatro porque, a su juicio, "es más total".

"Cuando una como intérprete quiere superarse, ponerse desafíos y entrar a saco en su oficio, evidentemente, no hay nada más que el teatro porque tiene la palabra, el espacio, el tiempo del escenario, la comunicación del directo y es casi un espacio sagrado", ha afirmado Ordaz, quien ha concluido que es "lo más completo creativamente hablando".

La intérprete de Isabel 'La Hierbas' en 'Aquí no hay quien viva' o de Araceli Madariaga en 'La que se avecina', dos series de gran éxito televisivo, ha comentado que este medio permite "llegar al gran público" y obtener popularidad, aunque, en su opinión, es "más industrial". "El cine tiene la magia de la luz y de la imagen, pero yo personalmente prefiero el teatro porque es la creación total", ha añadido. SUBVENCIONES

Respecto a las declaraciones realizadas por Lima, quien ha afirmado en la UIMP que "cada vez es más difícil" desarrollar propuestas de teatro contemporáneo con "nuevas ideas interesantes" porque "se vende a la comercialidad", Ordaz ha reconocido estar "totalmente de acuerdo en el concepto general".

En la misma línea ha hecho hincapié en que "la cosa estaba muy bien hasta que encallamos en la crisis que nos merodea y acecha" y, por ello, ha insistido en que, aunque no cree mucho en las subvenciones, "hay determinadas obras que tiene que acometer el erario público".

"Ha sido muy bonito ver llenas las funciones durante los últimos ocho años en las giras por las comunidades autónomas y las capitales de provincia, porque se había habituado al público a ir al teatro y porque, además, pagaba dos o tres euros y no les dolía el bolsillo", ha bromeado Ordaz. El "problema" que hay ahora, ha matizado, es que no quiere pagar 20 euros a no ser "que se muera de risa o le den un masaje en los pies", ha ironizado.

Ordaz ha señalado que hay textos que, evidentemente, "requieren un esfuerzo por parte del público, incluso una iniciación". En este sentido, puso como ejemplo el caso de Shakespeare que, aunque está en el "top cien", si no lo has leído al menos una vez "te cuesta mucho". Por ello, apostó por buscar "nuevas fórmulas" para encontrar textos "buenos, un poco más fáciles y asequibles" para el gran público y dotarlos de "calidad" en la presentación y puesta en escena, así como por asumir "riesgos", además de aceptar los "espectáculo de moda".