Un centenar de personas se concentra para pedir justicia por el crimen homófobo de la calle Oporto de Vigo

Un centenar de personas se ha concentrado este sábado en la calle Oporto de Vigo, frente al piso en el que, el pasado verano de 2006, fallecieron dos jóvenes gays tras haber sido apuñalados por Jacobo Piñeiro Rial, para rendir homenaje a las víctimas y pedir justicia.

Un centenar de personas se ha concentrado este sábado en la calle Oporto de Vigo, frente al piso en el que, el pasado verano de 2006, fallecieron dos jóvenes gays tras haber sido apuñalados por Jacobo Piñeiro Rial, para rendir homenaje a las víctimas y pedir justicia.

El acto, organizado por Colega Galicia, contó con la participación de representantes del PP y del PSOE, y de la madre de una las víctimas, Marta Pérez Triviño, y convocó a miembros de colectivos homosexuales de varios puntos de España. Tras recorrer los 50 metros de calle con una pancarta con el lema 'Todos los días, todos los espacios, todos los derechos', los manifestantes guardaron un minuto de silencio, roto al final por gritos de "¡justicia!" y "¡no a la homofobia!".

Marta Pérez Triviño explicó, con lágrimas en los ojos, que se sentía "muy emocionada", al tiempo que admitió su "impotencia" por el hecho de que el asesino confeso de su hijo, Isaac Pérez Triviño, y de Julio Anderson Luciano, haya quedado en libertad al expirar el período de prisión provisional, y a dos meses de que se celebre un nuevo juicio por estos dos asesinatos. "Van a ser dos meses muy duros", ha lamentado Marta Pérez, que anunció que irá este lunes al juzgado para que Jacobo Piñeiro le mire "a la cara" y ver "si mantiene su sonrisa medio sádica".

Asimismo, ha admitido su deseo de que el imputado por este crimen acuda a firmar todos los días a los juzgados de Cangas, en lugar de a Vigo —como ordenó el juez en el auto de libertad provisional—, y ha confesado su convencimiento de que "no hay justicia en España" porque, en este caso, "ha fallado todo el sistema judicial" —en referencia al veredicto de un jurado popular que absolvió a Piñeiro de los dos asesinatos—.

Por su parte, el presidente de Colega Galicia, Rafael Moral, afirmó que su organización "tenía una deuda que aún no se ha saldado", e hizo un llamamiento a los políticos para que promuevan las reformas legislativas necesarias "para que los crímenes de odio tengan los procedimientos necesarios" para ser juzgados y condenados.

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