Georgia Pacific acaba de poner en marcha su nueva planta de tratamiento biológico MBBR (Moving Bed Bio Reactor) en la planta de Allo (Navarra). El tratamiento de aguas residuales representa uno de los procesos más críticos dentro de la fabricación de papel.

Esta inversión significativa ha dado como resultado una mejora de la calidad del agua que se devuelve al río Ega, una reducción en el uso de productos químicos durante todo el proceso de producción, y un recorte global en el consumo de agua a lo largo del proceso de fabricación de papel, según ha informado Georgia Pacific en una nota.

El director de la papelera de Allo, Juan Pablo Gallego, ha señalado que "Georgia-Pacific se esfuerza continuamente por mejorar el comportamiento medioambiental de sus plantas de fabricación". "Creemos que la excelencia en este ámbito es un elemento necesario para lograr el éxito a largo plazo", ha indicado. Además, ha añadido que la nueva depuradora biológica de aguas residuales recibió un 7 por ciento del coste total como apoyo del Gobierno de Navarra.

La nueva planta de tratamiento de efluentes cuenta con un nuevo sistema de separación de sólidos, dos nuevos reactores aerobios en paralelo, así como un nuevo decantador secundario a la salida de los reactores, con un sistema de eliminación de materias flotantes. La nueva depuradora dispone también de una nueva unidad de tratamiento de fangos y un nuevo edificio de explotación anexo a la nueva planta.

El proceso elegido para el tratamiento biológico es del tipo 'lecho móvil', un sistema novedoso en el tratamiento de aguas residuales que aporta una elevada superficie de crecimiento de la biomasa en el reactor. Este proceso tiene una serie de ventajas frente a los procesos biológicos convencionales: reducción del volumen del reactor biológico al ser una superficie elevada, flexibilidad para adecuarse al volumen de producción, recuperación rápida del proceso ante inhibiciones, y mejora de la limpieza.