Después de diez años en antena el reality show por excelencia, Gran Hermano, no tiene secretos para nadie. Los concursantes son verdaderos expertos en el formato, que en la mayoría de los casos, llevan viendo desde que son niños. Por eso la CBS, la cadena que emite Big Brother en Estados Unidos, ha decidido dar una vuelta de tuerca al concurso, según informa vertele.com.

Acaba de estrenarse la duodécima edición del reality en EE UU y trece concursantes están ya dentro de la casa, con la novedad de que uno de ellos no es un concursante... sino un topo del programa, un saboteador a sueldo de la productora, cuya misión es llevar a cabo estrategias y conductas que la audiencia ordene.

Los espectadores decidirán qué quieren que haga el concursante a sueldo y éste interpretará su papel dentro de la casa a las órdenes de la audiencia, mientras sus compañeros se debanan los sesos intentando averiguar quién es el traidor.

El topo no es un concursante de los que habitualmente se presenta a los casting, sino una persona elegida por la organización, de forma que cuente con toda su confianza y lealtad. Será un trabajo bien pagado ya que si el saboteador aguanta hasta la mitad del concurso (unas seis semanas) se llevará 50.000 dólares, que podrían ser más si aumenta su permanencia.

De momento no se ha revelado quién de los concursantes es el saboteador, lo que ha desatado la paranoia entre los habitantes de la casa. Sin embargo, su nombre se revelará el día 15 de julio, cuando el concursante a sueldo comenzará a ejecutar las órdenes de la audiencia.

Algunos ya han apuntado que el elegido por la organización podría ser Ragan Fox, un conocido bloguero de EE UU y fan reconocido de Gran Hermano, aunque ésta podría ser una opción demasiado obvia.

Antecedentes en 'El Topo'

Esta novedad de Gran Hermano incorpora una idea que formaba la columna vertebral de otro formato, llamado El topo, que en España emitió Telecinco con poco éxito, retirándolo tras dos emisiones. En ese reality un concursante se encargaba de sabotear las posibilidades del grupo de concursantes de conseguir dinero.

Otros antecedentes pudieron verse en las ediciones españolas de Gran Hermano, que también emite Telecinco. En ellas, la organización ha llegado a introducir actores en cortos periodos de tiempo para descolocar a los concursantes y ha asignado pruebas y falsas identidades a los propios concursantes, que debían fingir frente a sus compañeros.