Según los documentos del FBI (Oficina Federal de Investigación), divulgados por la Unión Americana por las Libertades Civiles (ACLU), la mencionada unidad antiterrorista ha vigilado las actividades de Greenpeace, Gente por un Trato Ético a los Animales (PETA), Trabajadores Católicos y grupos vegetarianos, entre otros.

Las investi-gaciones pretendían descubrir no sólo vínculos entre estas organi-zaciones y el terrorismo internacional sino también con actividades violentas dentro de Estados Unidos. La subdirectora jurídica de la ACLU, Ann Beeson, comentó que "el FBI debe aprovechar sus recursos para investigar amenazas creíbles a la seguridad nacional en vez de dedicar su tiempo a seguir los pasos de estadounidenses que critican la política del gobierno o a vigilar grupos que no han violado la ley".

La ACLU, organismo defensor de la libertad de expresión y de asociación, obtuvo los documentos del FBI a través de un pleito presentado al amparo de la Ley de Libertad de Información. Beeson señaló que "ya sabíamos que el FBI mantenía archivos en los que figuraban las organizaciones, pero no sabíamos que de hecho pusieron en marcha investigaciones de estos grupos".

Los documentos indican que en el caso de PETA, como ejemplo, el FBI contaba con fuentes secretas dentro de esta organización, dedicada a la defensa de animales contra su utilización en experimentos o en el sector peletero.

Un portavoz de la FBI, John Miller, aseguró a The New York Times, que "todo lo que hace nuestra Oficina está cuidadosamente armonizado con la ley federal, las regulaciones del Departamento de Justicia y las normas del propio FBI".