En un comunicado, Ubera consideró que la futura dársena es "innecesaria" y censuró que desde la Autoridad Portuaria de Pasajes APP se afirme que con la reducción de su tamaño "la agresión al medio marino será menor, cosa que habría que valorar mejor, porque para los acantilados de Jaizkibel, el efecto nocivo sigue siendo prácticamente el mismo".

La portavoz de Aralar destacó que el "ambicioso" proyecto que se presentó en su día "está encogiendo con el paso del tiempo". "Primero se habló de 158 hectáreas, que posteriormente se redujeron a 153 para, no sabemos si definitivamente, quedarse en 100", recordó.

También se refirió a los plazos de construcción, ya que "el retraso que parece que va a haber en la ejecución de las obras también cuestiona la urgencia del puerto".

"Lo que sí esperamos", subrayó Rebeka Ubera, "es que estos retrasos y los cambios en el diseño del proyecto inicial no tengan como daños colaterales retrasos en la regeneración de la bahía, obra que sí es ineludible y urgente para los habitantes de la zona", concluyó.