Del análisis se desprende también un grado de inserción laboral "espectacular, en torno al 93%, bastante por encima de la media del sistema universitario catalán" entre los graduados de la URV.

El director del observatorio, Ferran Mañé, reconoció que las cifras han quedado obsoletas tras agudizarse la crisis económica, pero "la peor parte del desempleo se la llevan personas con un nivel educativo bajo". En ese sentido, destacó la resistencia a la crisis de "las mujeres con estudios universitarios, que acceden a empleos mejores y más estables".

"La Universidad no es una fábrica de parados, ni forma profesionales que no sirven para el mercado laboral", manifestó, si bien calculó que existe un porcentaje medio de "sobreeducación" —mayor oferta de titulados que demanda— del 20%. "En las áreas de Salud en un 0%, pero en Humanidades y Sociales sube mucho ese porcentaje", agregó.

Mañé resaltó el elevado ratio de éxito femenino en los estudios, pues "el 65% de los titulados son mujeres, cuando al inicio de los estudios son mitad y mitad", y constató la feminización del mercado laboral en el futuro. "Nos deberemos acostumbrar a que casi todos los abogados o médicos sean mujeres", afirmó, aunque las carreras más técnicas, "las más demandadas y mejor pagadas", siguen siendo un coto masculino.

El Observatorio ha constatado que el 50% de los nuevos titulados han encontrado trabajo en tres sectores: educación y servicios culturales, sanidad y servicios a empresas. Las instituciones financieras y la administración absorben otro 20%.