El informe, centrado en jóvenes de entre 14 y 17 años que practican esta forma de ocio en el territorio de la región, revela que los botelloneros son muy reincidentes: nueve de cada diez beben en la vía pública absolutamente todos los fines de semana.

14.552 multas en seis meses

Consumir alcohol en la vía pública está prohibido en toda la comunidad. La Ley regional de Drogodependencias o ley antibotellón, que entró en vigor en verano de 2002, establece que los infractores pueden ser condenados a realizar trabajos de utilidad social. En el primer semestre de este año, la Policía Municipal de Madrid puso 14.552 sanciones por este motivo, el doble que en el mismo periodo del año anterior. La ley antibotellón introdujo también otras prohibiciones, como vender alcohol después de las diez de la noche. Durante los últimos meses, numerosos colectivos de vecinos se han quejado del reblandecimiento de la presión policial.

A casa temprano

Por regla general, los botelloneros se reúnen en grupos grandes (la media es de 13 personas), no trasnochan demasiado (el 63,6% vuelve a casa antes de la una de la madrugada) y tienen una paga semanal de entre 10 y 19 euros (en el 49% de los casos).

¿Cuánto cuesta?

Un adolescente ‘invierte’ en cada botellón 9,4 euros: 4 en porros, 3,3 en alcohol y 2,1 en tabaco.

 

¿Dónde se consigue?

Sus puntos de avituallamiento favoritos son los pequeños establecimientos de alimentación o tiendas de chinos (45%), seguidos de supermercados cercanos (21,7%).

¿Quién va a comprar?

Lo más habitual es que queden todos para ir a comprar (39,9%) o que se encargue de ello un amigo mayor de edad (27,8%).

¿Qué lleva?

Fundamentalmente, vino barato y coca-cola (69,5%), aunque también bebidas de alta graduación (62%) o cerveza (42,5%). Uno de los destilados favoritos es el ron, al que sigue el vodka. Nueva modalidad: vino y refresco de limón, califly.