El 30,4 por ciento de las personas desempleadas en Euskadi son de larga duración, con más de dos años en el paro, colectivo que supone el 41,7 por ciento de los parados que no reciben prestaciones y el 31,2 por ciento de los que recibe subsidios o rentas.

Estas son algunas de las conclusiones de un estudio sobre el perfil de los perceptores de prestaciones por desempleo en Euskadi elaborado por el Sociedad Pública Egailan y presentado hoy por el viceconsejero de Empleo, Javier Ruiz, y el director de Egailan, Javier Ramos, ante la Comisión de Políticas Sociales, Trabajo e Igualdad del Parlamento vasco.

Según el estudio, el Servicio de Información del Servicio Público de Empleo (SISPE) registraba en febrero 192.802 demandantes de empleo, de los que el 71,13 por ciento (137.143 personas) se encontraban en situación de desempleo.

Además, un total de 95.351 personas eran perceptoras de prestaciones, de las que el 86,17 por ciento están en situación de desempleo. Según estos datos, el 59,9 por ciento de las personas desempleadas reciben prestaciones, tratándose mayoritariamente de contributivas (el 71,5) y los restantes, 28,5 por ciento, de prestaciones asistenciales o subsidios.

Respecto al 30,4 por ciento de los desempleados que son considerados de larga duración, Ramos subrayó que el peso de este colectivo "crece notablemente" entre las personas que no reciben prestaciones (41,7%) o que tienen coberturas mediante subsidios o rentas (31,2%) y señaló que la tasa de cobertura de las prestaciones "decrece" entre estas personas desempleadas de larga duración, "aunque lo hace de una forma acusada dado que los subsidios o rentas actúan como amortiguador", indicó.

Los datos revelan que el sistema muestra mejores niveles de cobertura y protección en las personas mayores de 55 años, que a los colectivos más "sensibles" al empleo de peor calidad como mujeres, jóvenes, inmigrantes y personas discapacitadas.

Sin embargo, se confirma que mediante el sistema de subsidios y rentas se logra "equilibrar" el nivel de cobertura de las personas en paro de larga duración. Además, el sistema da una "especial" cobertura a las situaciones de las personas con muy baja ocupabilidad gracias a los subsidios y rentas.

El informe señala que el nivel de cobertura puede ser interpretado como una "amenaza", ya que en el momento del análisis, las personas con muy baja ocupabilidad suponían el 11,5 por ciento de las personas desempleadas, mientras que su peso entre las personas que perciben subsidios o rentas es del 42,9 por ciento. "Su dependencia de las prestaciones o su vulnerabilidad ante un cambio en el sistema actual es significativamente mayor", subrayó Ramos.

En concreto, el director de Egailan insistió en que las mujeres suponen una de cada dos personas desempleadas pese a que su peso en la población activa es menor, y están más afectadas que la media pro el paro de larga duración y por perfiles de más difícil ocupabilidad. Además, tienen un menor nivel de cobertura durante el desempleo, por su menor protección vía prestaciones contributivas.

Situación de los jóvenes

Por otro lado, indicó que la situación de las personas jóvenes es "muy diferente", ya que el paro de larga duración les afecta menos. El 14,3 por ciento de las personas paradas jóvenes lo son de larga duración, cuando la media de la población está en un 30,4 por ciento. Además, su perfil de ocupabilidad es significativamente menor, aunque paradójicamente lo son por una menor cobertura del colectivo vía subsidios y rentas, dado que su cobertura mediante prestaciones contributivas supera la media.

En el caso de las personas de nacionalidad extranjera, la situación es similar a la de los jóvenes, ya que no están especialmente afectadas por el desempleo de larga duración y tienen un mejor perfil de ocupabilidad que la media. Sin embargo, su nivel de acceso a las prestaciones es significativamente inferior, con un mayor nivel de cobertura que otros colectivos vía subsidios y rentas, sobretodo en las personas que proceden de África y América.

En concreto, el 9 por ciento de los desempleados que reciben prestación contributiva son extranjeros y el 91 por ciento nacionales. Este bajo porcentaje se mantienen en el caso de las ayudas de subsidio o renta con un 13,2 por ciento de receptores extranjeros, mientras que el 86,8 por ciento son recibidas por los desempleados estatales.

Respecto a las personas discapacitadas, el informe advierte de que se agudizan las amenazad mostradas entre otros colectivos, ya que están más afectados por el paro de larga duración (45,2 por ciento), su perfil de ocupabilidad es inferior a la media pero su nivel de cobertura mediante prestaciones es el menor con un 42 por ciento frente a la media de 59,9 por ciento. En concreto, casi la mitad de su cobertura se realiza vía subsidios y rentas.

Sectores por sectores de actividad, las personas desocupadas que proceden de ramas industriales, de la construcción ,del transporte y de las actividades inmobiliarias, alcanzar los mayores niveles de cobertura en las prestaciones. Por el contrario, los menores niveles de cobertura los alcanzan las personas que no han tenido un empleo anterior y en las ramas de servicios personales, especialmente entre las empresas empleadas en el hogar.

A nivel geográfico, Bizkaia es el territorio con menores niveles de cobertura (57,6 por ciento de las personas desempleadas), especialmente en el entorno de Bilbao, Margen izquierda y Encartaciones, mientas que Gipuzkoa se sitúa en el extremo opuesto con el 63,5 por ciento. Además, los sectores con mayor nivel de terciarización también muestran un menor nivel de cobertura.