Iturbe se expresó así esta mañana, momentos antes de iniciarse este recorrido popular por los barrios de La Madalena, San Pablo y el Arrabal, en un evento organizado dentro de la Semana Cultural de La Madalena.

A la bicicletada acudieron numerosos vecinos de la capital aragonesa, así como de otras comunidades autónomas, de todas las edades, bajo los lemas 'Por un barrio con vida' y 'Por una Zaragoza ciclable'.

En declaraciones a los medios de comunicación, Francisco Iturbe recordó cómo, durante las primeras ediciones de la Bicicletada del Casco Viejo, los participantes recorrían los entonces escasos tramos de carril-bici que iban "de ningún sitio a ninguna parte", pero en los últimos años "eso ha cambiado".

El objetivo de los colectivos favorables a la bicicleta es que termine de "cuajar" el uso de este medio de transporte y para ello recomendaron que se pueda combinar con otros medios de transporte, permitiéndose subir a los mismos con bicicleta.

Iturbe señaló que, precisamente, la próxima puesta en marcha del tranvía de Zaragoza puede ayudar a la "pacificación" del tráfico en en las vías por las que pasa, lo que a su vez facilitará que los ciclistas "se puedan mover".

El dirigente ecologista confió en que la actual crisis económica no ralentice el desarrollo del carril-bici y manifestó su esperanza de que "pase como en otros muchos sitios de Europa", donde la promoción de la bicicleta como medio de transporte "no es cuestión de un color político", sino que es algo "inherente a la ciudad" por ser el medio más económico y el que menos contamina.

"muy humana"

Otro objetivo de la XI Bicicletada del Casco Viejo es "reivindicar el carácter histórico y cultural de La Madalena y el carácter humano que deberían tener las ciudades, reivindicando al peatón de una manera muy humana y muy urbana".

En la edición de este año, los organizadores explicaron a los participantes las huellas dejadas por las diferentes culturas que han formado la ciudad, empezando por los íberos, que se asentaron en la desembocadura del río Huerva, pasando por los romanos, ubicados junto al Ebro.

También se dio cuenta de cómo los árabes crearon un sistema de riegos y en la Edad Media las vegas del Ebro se convirtieron en seña de identidad, según dijo Francisco Iturbe, quien además reclamó el reconocimiento de la "dignidad del Casco Histórico" y su "carácter humano".