El proyecto económico para la fusión de Caixa Galicia y Caixanova, que ambas entidades aprobaron hoy en sus respectivos consejos de administración para su remisión al Banco de España y a la Comisión del FROB, prevé un plan de desinversiones que reducirá en alrededor de 8.000 millones de euros la cifra inicial de activos ponderados por riesgo (APR).

Las cajas han calculado que de esta forma podrán obtener una liquidez de similar cuantía que servirá para reducir en un 62 por ciento las necesidades de renovación de las emisiones mayoristas actualmente en vigor.

Según informaron a Europa Press fuentes de ambas cajas, este plan de desinversiones de activos por riesgo incluye tanto las ventas que se realizarían de participaciones industriales que mantienen ambas cajas, como la venta de oficinas de la red exterior. En cualquier caso, las fuentes financieras consultadas agregaron que la desinversión total del volumen de negocio que mantienen ambas cajas se elevaría en total a 16.600 millones de euros.

Al respecto, Caixa Galicia y Caixanova puntualizan, en un comunicado conjunto, que aún después de estas desinversiones, la nueva caja "lideraría el mercado financiero gallego", y se consolidaría como "la quinta caja de ahorros española y uno de los diez primeros grupos financieros a nivel nacional", al manejar actualmente un volumen de negocio —depósitos y créditos de clientes— superior a los 90.000 millones de euros.

Oficinas y trabajadores

El documento inicial del plan de integración, que ya ha sido remitido al Banco de España y al Consejo del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) para su revisión, detecta que la fusión de las dos cajas gallegas conllevaría el "solapamiento" de 300 oficinas de las redes actuales de ambas entidades, de las cuales "menos de 200" corresponden a Galicia.

Las fuentes financieras consultadas indicaron que, dentro de estas oficinas que se solaparían, a algunas —en torno a un centenar de las ubicadas fuera de la Comunidad gallega— se les intentará buscar comprador.

El plan de integración, en el que trabajaron durante cuatro semanas 70 directivos de ambas cajas repartidos en 16 comisiones, añade que se procederá a una "paralela racionalización de sus respectivos servicios centrales y de apoyo", con lo que calculan un excedente de plantilla de los referidos 1.200 empleados. Al respecto, señala que la pérdida de estos 1.200 empleos "se resolvería íntegramente a través de la fórmula de las prejubilaciones".

Amortización en cinco años

Según el documento económico, que debe estar cerrado el 30 de junio —después de que el Banco de España pida correcciones o concreciones si lo juzga oportuno—, las dos cajas gallegas pedirán al FROB 1.162 millones de euros de ayudas para la integración —el 2% de los activos ponderados por riesgo—, que prevén amortizar en cinco años (en 2015).

Las proyecciones financieras de la operación, formuladas según el modelo contable de negocio conjunto bajo control común, prevé la obtención de resultados positivos en todo el periodo proyectado hasta 2015 en una medida suficiente para afrontar la devolución del FROB, continuar reforzando la solvencia de la entidad, la cobertura de la morosidad con fondos para insolvencias —que se mantendrá por encima del 55 por ciento— y preservar la inversión social.

Al término de ese periodo y amortizado completamente el FROB, la caja fusionada prevé alcanzar en 2015 un coeficiente de solvencia básico (core capital) superior al 7 por ciento y un TIER 1 en el entorno del 10 por ciento.

El plan de reestructuración aspira a acercar la eficiencia de la nueva entidad al entorno del 50 por ciento en el año 2015, gracias a la obtención de unas sinergias netas —ahorros menos costes— de más de 330 millones. Esta cifra aseguran que "cubre sobradamente" los cerca de 240 millones que será necesario pagar en ese lustro en concepto de intereses de las participaciones preferentes que suscribirá el FROB.

Cuadro de mando

El plan de negocio remitido al Banco de España, del cual esta tarde las cajas informan a los sindicatos y del cual también pusieron al corriente a la Xunta, no incluye el diseño concreto del cuadro de mando de la caja fusionada. Este punto, según las fuentes consultadas, aún no fue abordado en las mesas constituidas para confeccionar la fusión, pero podría quedar fijado antes de que se formalice la solicitud definitiva de ayudas al FROB, que expira el 30 de junio.

Está cerrado, no obstante, que el actual director general de Caixanova, José Luis Pego, lo será de la futura entidad, y se da por hecho que como adjunto contará con Javier García Paredes, de Caixa Galicia, mientras que Julio Fernández Gayoso será uno de los dos copresidentes para ejercer las funciones de presidente en el primer turno de 18 meses. Por su parte, el actual director general de Caixa Galicia, José Luis Méndez, aún no ha despejado cuál será su futuro y sin aspira a tener un papel en la caja fusionada.