La designación de Málaga como Capital de la Cultura generaría una producción de más de 930 millones

La designación de Málaga como Capital Europea de la Cultura en 2016 generaría una producción de 931,4 millones de euros, de los que en torno al 92 por ciento correspondería a efectos indirectos, fundamentalmente ligados a la actividad turística. En cuanto a los empleos necesarios, casi se alcanzarían los 11.500, según se establece en el Cuaderno número 10 del II Plan Estratégico de Málaga, editado por la Fundación Ciedes y elaborado por Analistas Económicos de Andalucía.

Esa producción de 931,4 millones de euros, de la que se beneficiaría toda la provincia, supondría un Valor Añadido Bruto (VAB) de 482 millones de euros, el 31,6 por ciento correspondiente a efectos inducidos y el 62,8 por ciento a indirectos, asociados en gran parte a la actividad turística.

Del total de empleos necesarios, 530 serían directos y 8.450 indirectos, según señaló en rueda de prensa el consejero delegado de Analistas Económicos de Andalucía, Francisco Villalba, quien precisó que para la elaboración de estas previsiones se ha tenido en cuenta la experiencia del resto de ciudades que ya han sido Capital Europea de la Cultura —unas 40 hasta el momento—.

Las principales ramas en las que se concentraría ese impacto económico total serían las relacionadas con el sector servicios, concretamente con actividades recreativas, culturales y deportivas, y con comercio, alojamiento, hostelería y transporte. Las industrias cultural y creativa también se verían beneficiadas.

El Valor Añadido Bruto asociado exclusivamente a la celebración en Málaga de la Capitalidad ascendería a 482 millones de euros, lo que en dicho año podría suponer alrededor del 1,5 por ciento del índice provincial. Por tanto, por cada euro invertido —49,2 millones de euros en total— en la celebración del evento se obtendrían 9,8 euros. La mayor parte de ese VAB obedecería al gasto turístico y a la venta de entradas.

La inversión para espacios culturales y de carácter complementario, entre programados, proyectados o previstos, sería de 331 millones, cantidad a la que se sumarían 148 millones del ámbito privado para la construcción sobre todo de equipamientos turísticos.

Todo ello supone una inversión cercana a los 480 millones, que conllevaría un impacto inducido sobre la producción de 865 millones de euros, generando o manteniendo 8.500 empleos, declaró Villalba.

El gasto de organización se estima que alcance los 49,2 millones de euros, dentro de la media de otras ciudades que han sido Capital Europea de la Cultura. Ello conllevaría la creación o mantenimiento de 770 empleos y un efecto directo e inducido de unos 75 millones.TURISMO

El estudio prevé que la consecución de la Capitalidad y el diseño de un programa de actividades atractivo incrementen el número de turistas, con 1,4 millones para disfrutar de este evento, además de atraer a 1,1 millones de malagueños a participar en actividades culturales. Se estima que durante 2016 las pernoctaciones crezcan de media un 12 por ciento.

El gasto de los residentes en la provincia de Málaga con motivo de la Capitalidad ascendería en 2016 a 114,3 millones de euros, y las estimaciones apuntan a que los 1,4 millones de turistas que visiten Málaga realizarían un gasto en actividades culturales de 93 millones de euros.

A la cantidad invertida por los turistas hay que sumar el gasto que se desprende del transporte, alojamientos, restauración y compras. El impacto indirecto de 582,7 millones conllevaría un efecto inducido de 275 millones, haciendo un total de 857 millones.

En términos de empleo equivalente, se estiman que serían necesarios 10.720 puestos para hacer frente al gasto derivado de la llegada de turistas y visitantes.

Por todo ello, Villalba concluyó diciendo que la celebración de un evento de estas características tendría importantes beneficios, no sólo culturales, sino también sociales y económicos, con un aumento en la afluencia turística, además de una mejora en su imagen.

Por su parte, el alcalde, Francisco de la Torre, destacó que "el compromiso de Málaga con la cultura viene de hace años" y apuntó que aunque ser Capital Europea de la Cultura no tuviera efectos económicos y no generase empleo y visitantes, "vale la pena" por "el compromiso y la ilusión de tener una Málaga en vanguardia en materia cultural y capaz de ofrecer posibilidades al talento propio y al de fuera".

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