Por primera vez en tres años, Israel suavizó este miércoles el bloqueo impuesto a Gaza al permitir la entrada de alimentos como refrescos, mermelada, zumos y dulces, anunció Raed Fatuh, del Ministerio de Economía del Ejecutivo de Hamás en la franja.

La medida llega en medio de la presión internacional a Israel para que relaje su bloqueo a la franja palestina, tras su asalto militar la semana pasada a una flotilla solidaria que se dirigía a Gaza y en el que murieron nueve activistas turcos. Desde el Gobierno israelí, no obstante, un responsable negó que la medida tenga algo que ver con dicho asalto.

El anuncio se produjo tan sólo horas antes de que el presidente estadounidense, Barack Obama, se reuniese en la Casa Blanca con el presidente palestino, Mahmud Abbas, en un encuentro marcado por el proceso de paz en Oriente Medio y la situación en Gaza tras el ataque israelí a la flotilla humanitaria.

A pesar de que EE UU rechazó condenar a Israel tras el asalto, considera que el bloqueo a Gaza es "insostenible" y es necesario cambiarlo, de modo que se permita la entrada a más bienes de primera necesidad.

Según los responsables palestinos, presentes en Cisjordania, a partir de la próxima semana Israel permitirá la entrada en Gaza de alimentos como patatas fritas, galletas, fruta en conserva y humus empaquetado, así como refrescos y zumos. "Enviarán el primer plato, estamos esperando al plato principal", afirmó el ministro de Economía palestino, Hassan Abu Libdeh, en Ramala. "Estamos esperando que este injusto asedio termine", añadió.

Castigo colectivo

Israel inició su bloqueo a Gaza en 2006 y lo reforzó un año después, cuando Hamás se hizo con el control de la franja tras expulsar a las fuerzas leales al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y líder de Al-Fatah, Mahmud Abás.

Desde entonces Israel sólo ha permitido el acceso a Gaza de algunos alimentos básicos y prohibido la importación de la mayoría de aparatos electrónicos y material de construcción, con el argumento de que podrían ser utilizados con fines militares.

Las organizaciones de derechos humanos defienden que el bloqueo no es un asunto de seguridad, sino un castigo colectivo, y ponen como ejemplo que Israel prohíbe la entrada de salvia y jengibre, pero no la de canela, lo que carece de justificaciones defensivas.