Mil ojos para los ciegos

La ONCE cuenta con 906 afiliados en Vigo. Se enfrentan a diario a calles sin bordillos, pasos de peatones mal señalizados y obstáculos en las aceras.
Algunas aceras, como esta de Policarpo Sanz, son un peligro para las personas invidentes.
Algunas aceras, como esta de Policarpo Sanz, son un peligro para las personas invidentes.
M. G. Brea
Algunas aceras, como esta de Policarpo Sanz, son un peligro para las personas invidentes.
A pesar de lo que diga el verso, sí hay algo peor que ser ciego en Granada. Escaleras, desniveles, bordillos, zonas peatonales mal diseñadas o terrazas son algunos de los peligros a los que tienen que enfrentarse a diario las 906 personas invidentes que viven en la ciudad.

«Todas las ciudades tienen su problemática –comenta el jefe de servicios sociales de la ONCE, Manuel Martínez Pan–, pero aquí hay muchas aberraciones». La mayoría de las trampas están propiciadas por un trazado urbanístico «que ya no tiene remedio», explica.

Y la tendencia a humanizar cada vez más calles elimina los bordillos, principal referencia para que sepan donde comienza la calzada. Es lo que sucede en el entorno de Príncipe, como en las calles Progreso, Don Bosco, López de Neira, Velázquez Moreno o Eduardo Iglesias.

«Sería más adecuado un cambio de pavimento para diferenciar la zona de peatones de la de coches», indica Martínez Pan.

Algunas de las medidas que deberían ser una ayuda pueden convertirse en otro peligro. Los rebajos en las aceras, por ejemplo, guían en ocasiones a los invidentes directamente a los coches en lugar de al paso de peatones, como sucede en muchos de los cruces de la calle Venezuela.

Cuidado con...

Escaleras: Los desniveles de la ciudad son muchas veces salvados por escaleras, que son un obstáculo para los ciegos.

El mar: El entorno de la Estación Marítima carece de barreras de protección.

Las obras: Por toda la ciudad hay obras con una señalización deficiente.

Muebles en las aceras

El mobiliario urbano en las aceras es otra dificultad más en el camino de una persona invidente. Mesas, sillas, árboles, señales, toldos, semáforos o contenedores invaden un espacio presuntamente reservado a los peatones e incumplen casi siempre la legislación. Las terrazas, por ejemplo, tendrían que estar delimitadas con paneles, tal y como exige la legislación, explica el responsable de Servicios Sociales de la ONCE, Manuel Martínez Pan. Y no es extraño que una persona invidente tropiece con una señal o un macetero al intentar subir a la acera tras cruzar por un paso de peatones. En ocasiones, a los ciegos de Vigo no les queda otra opción que aprender por donde no se debe ir a base de golpes.

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