Cerca de 100 expertos europeos estudian la incidencia del cambio climático en la Oscilación del Atlántico Norte

La Universidad de Zaragoza analizará esta semana la incidencia del cambio climático en la circulación atmosférica en el Atlántico Norte (NAO). Cerca de un centenar de expertos de centros y universidades de toda Europa estudiarán desde hoy los impactos socioeconómicos, hidrológicos y ambientales del principal modo de circulación atmosférica que afecta a la región mediterránea.

El Aula Magna del Paraninfo será hasta el jueves la sede de este congreso, organizado por el CSIC, en colaboración con la Universidad de Zaragoza, el IUCA, el Gobierno de Aragón la Agencia Estatal de Meteorología, el Ministerio de Ciencia e Innovación y la Fundación Europea de Ciencia.

La Oscilación del Atlántico Norte es uno de los patrones meteorológicos más conocidos, del que depende que los inviernos en el Norte de Europa sean húmedos y templados o secos y fríos.

Por el momento, se desconoce los elementos que controlan esta oscilación del océano y de qué forma se verá afectada por el cambio climático. La Oscilación del Atlántico Norte controla los flujos de viento, la humedad atmosférica, la nubosidad, las trayectorias de las borrascas que penetran en la región mediterránea y que, por tanto, afecta al clima del Mediterráneo, especialmente a la Península Ibérica.

El congreso permitirá analizar los impactos que tiene esta circulación atmosférica sobre distintas cuestiones que afectan a los ciudadanos diariamente en toda la región mediterránea, como la oscilación sobre los eventos climáticos extremos: precipitaciones o sequías; producción y demanda de energía eléctrica, pesca, riesgos geomorfológicos, como deslizamientos del terreno: en la producción forestal, actividad vegetal, cosechas, erosión del suelo, entre otros.

Existen patrones de circulación atmosférica generales, y también modelos de comportamiento a escala regional, que tienen sus propios patrones, como por ejemplo, el patrón del Niño o la Niña en el Océano Pacífico, y el denominado Oscilación del Atlántico Norte (NAO), en el Océano Atlántico.

La presión atmosférica es diferente en distintas zonas de la superficie de la Tierra y esta diferencia es debida principalmente a las diferencias en la incidencia del Sol. La oscilación del Atlántico Norte se mide valorando las diferencias de presión entre Islandia y el área de la Península Ibérica.

De las diferencias de presión surgen etapas con diferencias muy fuertes y otras, con diferencias más suaves, y de ahí que se utilicen los términos de patrón positivo o patrón negativo, para aludir al paso de borrascas por Europa con mayor o menor intensidad, afectando a latitudes más altas o más bajas.

Este año, las borrascas han circulado en latitudes más bajas, lo que ha afectado con mayor intensidad a la Península Ibérica y al ámbito mediterráneo. Esto explica las olas de frío que ha registrado Europa este invierno o las inundaciones que han afectado a gran parte de la península, sobre todo, en las cuencas del sur.

En los estudios actuales sobre el cambio climático se analizan las variaciones futuras que pueden producirse en este modelo de circulación regional para comprender o analizar las consecuencias sobre clima, agua, medioambiente y aspectos socioeconómicos del mundo mediterráneo.

El cambio climático siempre ha existido, pero ahora es muy rápido, y lo expertos intentan averiguar cuáles son las causas de esa rapidez, aunque en un 90 por ciento se atribuye a la acción del hombre.

Este congreso supone estudiar el cambio climático a escala regional, en el ámbito de la circulación del Océano Atlántico, que afecta a la región mediterránea.

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