Desaparecidos 96 mineros durante otra explosión en un yacimiento de China

El suceso ha tenido lugar en una mina en el norte de China, después de que se produjera una fuerte explosión, informó la agencia estatal Xinhua. Es la segunda en pocos días, en un país en el que cada año mueren miles de trabajadores en instalaciones de este tipo.

El siniestro sucedió en el distrito de Kaiping, cerca de la ciudad de Tangshan, en la provincia de Hebei, a unos 150 kilómetros de Pekín, en la tarde del miércoles.

Un total de 123 mineros se encontraban trabajando en los pozos del yacimiento cuando ocurrió el estallido, a las 15.30 de la tarde hora local (7.30 GMT).

Tres horas y media después, tan sólo 27 mineros habían logrado escapar del lugar del siniestro, mientras los equipos de rescate continúan la búsqueda de supervivientes entre los escombros, agregó la fuente.

Al ser informado del desastre, el vicegobernador provincial Fu Shuangjian y otros funcionarios del servicio de seguridad industrial de Hebei se trasladaron al lugar de los hechos para dirigir los equipos de rescate e iniciar la investigación del suceso.

Segundo desastre en pocos días

Este accidente, cuya causa aún es desconocida, se produce un día después de que las autoridades lograran recuperar el último cuerpo sin vida de los 171 mineros muertos por una explosión en la mina de carbón de Dongfeng, provincia de Heilongjiang (al norte del país).

Al mismo tiempo, durante todo el día de hoy continuaron las labores de rescate en la mina de carbón de Sigou, en la provincia de Henan, donde una inundación repentina dejó a 42 mineros sumergidos dentro del yacimiento, sin que las labores de anego y los submarinistas que participan en el rescate hayan tenido éxito en la búsqueda de supervivientes.

Las minas chinas se encuentran entre las más peligrosas del mundo y en ellas mueren anualmente unas 8.000 personas, 6.000 de ellas en los pozos hulleros.

Un grave problema

La gran demanda de carbón, que todavía hoy cubre el 73% de las necesidades energéticas del país, obliga a las explotaciones a trabajar sin descanso y a cavar pozos cada vez más profundos, donde a menudo se producen explosiones de gas grisú.

Sólo en la primera mitad del año, 2.700 personas murieron por explosiones, inundaciones y hundimientos en las minas de carbón del país, lo que ha propiciado medidas de emergencia de las autoridades centrales, que han pedido más inspecciones y el refuerzo de las medidas de seguridad.

No es inusual, sin embargo, que los propietarios de las minas accedan a su cierre durante la visita de los inspectores para reabrirlas ilegalmente al día siguiente, a veces con la connivencia de los propios trabajadores, que no tienen otro modo de ganarse el sustento.

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