"El primer motor seguirá siendo el turismo. No veo ningún sector que se acerque a la importancia y fortaleza que ha tenido y tiene el turismo. Creo que también el sector tendrá que adaptar su oferta para adaptar los nuevos productos, que en cualquier otro lugar son lo más normal del mundo pero que en Canarias se han topado con barreras institucionales difíciles de sortear", dijo.

Además, afirmó que de cara al futuro, la construcción tendrá que volver en las islas, ya que no se mostró partidario de la "demonización" que en ocasiones de ha hecho de la construcción y dijo que el sector tendrá que volver a retomar su dinamismo, teniendo en cuenta la capacidad que ha mostrado para generar empleo.

Soria apuntó aquí que no se trata de construir más viviendas, sino que hay un amplio margen de maniobra en todo lo que se refiere a estamentos públicos, infraestructuras civiles, rehabilitación, reposición y reforma de la planta alojativa "que en algunos casos todavía sigue desfasada en Canarias".

En cuanto al futuro, no vio a la agricultura como uno de los motores, aunque señaló que también hay margen de maniobra para aumentar su peso en el conjunto del valor añadido bruto de la economía de las islas.

"Si existiera una mayor interconexión entre los consumidores turísticos y la oferta agrícola del archipiélago, probablemente podríamos ser capaces de poner en el mercado una mayor cantidad de productos", manifestó.

Sobre el resto de servicios, Soria expuso que tendrán que ir en paralelo al sector del turismo, mientras que sobre las administraciones públicas observó que debería jugar un papel menos beligerante, menos intervencionista, menos confuso respecto a sus normas y, además con evidentes adelantamientos en sus estructuras.