ADIC se pronunció así en un comunicado, tras las afirmaciones del ministro de Fomento, José Blanco, que ha cuestionado si una región como Cantabria puede tener dos líneas de alta velocidad.
A su juicio, "argumentar de esa manera es una forma más de banalizar el propio hecho autonómico cántabro, que no tiene nada que ver con tamaños ni orografías".
Según dice, si ese argumento se utiliza desde Cantabria supone "seguir limitando el crecimiento de la sociedad cántabra y echar las culpas a otros"; y si se utiliza desde el Estado para "excusar la demora en la ejecución de obras", es "una falta de responsabilidad a todas luces inaceptable".
Para ADIC, una de las causas de esa situación es la "falta de profundización" en el autogobierno, y también el "sucursalismo provinciano", que "son los principales responsables" de que Cantabria tenga "sólo" 600.000 habitantes y su capacidad reivindicativa sea por ello "prácticamente nula".
"Si tuviéramos los argumentos jurídicos necesarios en nuestro Estatuto, como el blindaje de inversiones en infraestructuras o la incorporación de los costes diferenciales cántabros en nuestra financiación, Cantabria tendría más herramientas para reivindicar sus prioridades. Y si además no se hubiera practicado el sucursalismo sempiterno de las fuerzas políticas cántabras, hubiéramos evitado llegar a la encrucijada que se le plantea ahora a Cantabria", concluyó la asociación.
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