Exceso de peso y humor

La curva de la felicidad y H, el pequeño niño obeso son dos comedias para públicos diferentes que coinciden en arrancar carcajadas al espectador.
Quino, el personaje que interpreta Pablo Carbonell, comparte sus neuras con otro cuarentón (Antonio Vico)
Quino, el personaje que interpreta Pablo Carbonell, comparte sus neuras con otro cuarentón (Antonio Vico)
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Quino, el personaje que interpreta Pablo Carbonell, comparte sus neuras con otro cuarentón (Antonio Vico)
Dos comedias en teatros separados por un par de calles y que se dirigen a un público diferente, proporcionan el pretexto ideal para echarse unas buenas risas durante este fin de semana. La primera es La curva de la felicidad, obra con la que Pablo Carbonell, que ha hecho casi de todo, se estrenó en teatro hace un par de meses.

En ella se abordan sin tópicos las dudas e inseguridades que hacen mella en el cerebro masculino una vez que se cruza la barrera de los 40, se abulta el vientre y el pelo comienza a decir adiós.

Carbonell, acompañado de Antonio Vico, Josu Ormaetxe y Jesús Cisneros, da vida a Quino, un hombre que acaba de ser abandonado por su mujer y que se ve obligado, contra su voluntad, a vender el piso en el que vivía.

Pareja gamberra

La segunda, en el teatro Alfil, conmemora el décimo aniversario de uno de esos dúos imprescindibles, el que forma la pareja de Sexpeare. Ambos retoman por unas semanas una de sus obras más gamberras, H, el pequeño niño obeso, quiere ser cineasta.

El título no esconde por dónde van los tiros, y ambos interpretan a dos alocados amigos que escriben juntos el guión de una película de terror. La obra es una sucesión de disparates sin tregua, en la que se homenajea al cine y en la que se incluye a dos personajes (un crítico y un barman), interpretados por los propios Sexpeare, que observan y que comentan la obra desde fuera.

* Ver cartelera.

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