De este modo, las personas integrantes de este grupo afirman que el PSRM asume sus reivindicaciones como propias, y que su objetivo es el de "poder conseguir algún día que nuestros derechos sean reales, que podamos disfrutar de ellos como el resto de la ciudadanía".

El Grupo LGTB socialista trabajará con el resto de asociaciones murcianas LGTB, así como con el resto del variado movimiento de solidaridad y altruismo que existe actualmente en la Región, que se convirtió "en una de las mayores riquezas humanas de nuestra Comunidad Autónoma".

Así, en la Asamblea constituyente, celebrada en la sede del PSRM, fueron elegidos como responsables del grupo Luis Miguel López Román y Esteban Peñalver Guerrero, quienes explicaron que la estructura interna del Grupo "será reflejo de la compleja realidad de la comunidad LGTB".

En este sentido, añadieron que "se decidió crear un espacio dentro del grupo donde tengan cabida las personas que disfruten de cualquier otro tipo de diversidad, que llevará el nombre de Diversidad Cultural, Funcional y Genérica".

Comisiones de trabajo en educación y salud

Y es que, "teniendo en cuenta la urgente necesidad de dar respuesta a las demandas crecientes del la población LGTB en campos tan vitales como la Educación y la Salud, se aprobó la creación de sendas comisiones de trabajo, con la intención de garantizar que cuestiones como la lucha contra la 'lgtbofobia' o la preocupación por alcanzar una salud plena e integral, se conviertan en cuestiones prioritarias a defender por este grupo de reciente creación", indicaron.

Igualmente, el Grupo cuenta con el apoyo de muchas personas que se definen claramente heterosexuales, o que prefieren no ser clasificadas, "en un mundo en el que continuamente se están superando barreras, y en que los límites entre las distintas orientaciones sexuales están cada vez mas difusos". Por ello, se crearon también un espacio para "simpatizantes".

Los componentes del Grupo declararon que "nos gustaría contar con la simpatía y el apoyo de familiares con hijos LGTB, que desde el primer momento, o con el transcurso del tiempo hayan sido capaces de aceptar esta circunstancia, ya que consideramos que su testimonio vital, fruto de una experiencia vivida en primera persona, puede ser la mejor forma de ayudar a que los miembros de las familias".

Finalmente, confiaron que esos miembros que están atravesando actualmente la fase de no aceptación, "puedan finalmente por sí mismos derribar el muro de los prejuicios sociales, culturales o religiosos, que constituye el principal obstáculo para que desaparezca el rechazo social, lo que impide el pleno desarrollo afectivo del individuo, quedando de esta forma mermadas sus posibilidades para alcanzar la madurez psicológica necesaria para llevar una vida saludable tanto a nivel social como laboral".