La sentencia dice que Diego Fernando acudió armado a un bar de la localidad de Moraira. Una vez allí, y tras consumir varias cervezas, le mostró su arma a un camarero, que le recriminó su actitud.
Diego Fernando lo amenazó de muerte y lo siguió hasta los lavabos, donde lo apuntó con la pistola. En ese momento se produjo un forcejeo entre el camarero del bar y el procesado que provocó que el arma se disparase, aunque no causó heridos.
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