En declaraciones a Europa Press, fuentes del Conselh confirmaron que un oso rompió en la zona el cercado que retenía al rebaño y atacó a una oveja, hecho que quedó documentado por el rastro de huesos y huellas provocado por el plantígrado.

Los guardas de Medio Ambiente han detectado en los últimos días la presencia de varios osos en la zona, entre ellos, Hvala y Pyros, que podrían estar en proceso de apareamiento después del periodo de hibernación.

Por otro lado, y tras dos años después de su nacimiento, las crías de Hvala ya se han separado de la madre, por lo que los guardas intuyen que ya circulan por la zona de la Val d'Aran individualmente. Ello situaría en cinco el número de osos global que se sospecha que habitan en el territorio, una cuarta parte de la veintena de la población de los Pirineos.

Entre 1996 y 2008, desde la reintroducción de osos pardos eslovenos en el Pirineo, Catalunya confirmó 208 ataques de osos sobre el ganado y colmenas, una media de 16 ataques por año, así como 356 cabezas de ganado muertas —27,5 al año—. Estos ataques, según el recuento realizado por el experto Miguel Mari Elosegui en la obra 'El oso pardo en lo Pirineos', supuso el desembolso de 73.123 euros por parte de la Administración en concepto de indemnizaciones.

Hasta 2006 en la Val d'Aran también se pagó por cada oveja y cabra desaparecidas, por lo que se desembolsaron unos 150.000 euros en virtud de las 1.358 cabezas de ganado no encontradas.

A pesar de ello, la obra de Elosegui señala que de los 15 kilos de comida que necesitan los osos cada día, cerca del 67% tiene un origen vegetal, el 19% son insectos y el 14% son vertebrados. De ellos, la mayoría de lo consumido es en forma de carroña, por lo que los ataques a rebaños representan solo el 6% de su alimentación total.