La mayoría de las consultadas ayer apuntan a que el fin no justifica los medios. Es decir, que los costes de reformar la autovía y liberar las riberas del río son desproporcinados respecto a sus beneficios sociales.

Opiniones diversas

Arquitectos: El decano del Colegio de Madrid, Ricardo Aroca, cree que «está muy bien que ese área se convierta en zona verde» pero discrepa por los costes de la reforma de la M-30 y teme una operación especulativa en torno al Vicente Calderón.

Atlético de Madrid: Su presidente, Enrique Cerezo, prefiere ser prudente ante el proyecto que obligaría a demoler el Vicente Calderón. «Por ahora, es sólo una idea del Ayuntamiento. Cuando quieran llevarlo a la práctica, tendrán que sentarse a negociar con nosotros», explicó.

Ecologistas: Francisco Segura, portavoz de Ecologistas en Acción, es muy beligerante: «Es un lavado de cara ante el destrozo que se está causando en el resto de la ciudad. La superficie verde nueva es mucho menor que la destruida por las obras. Además, el parque estará interrumpido cada 150-200 metros por las salidas de humos del túnel de la M-30».

Fundación para el progreso de Madrid: La preside Francisco Herrera, que considera «globalmente valioso» el proyecto aunque critica que es muy inconcreto, considera intolerable la desparición del Calderón («es una excusa para una gran operación urbanística») y cree que la playa fluvial «es una chorrada» en una ciudad como Madrid.

Oposición municipal: La portavoz de IU, Inés Sabanés, cree que la reforma esconde la búsqueda de rentabilidad económica con recalificaciones en los bordes del Manzanares. Félix Arias, edil del PSOE, valora la propuesta porque conecta bien el nuevo parque con el resto de la ciudad, pero advierte de que no es necesario tirar el Calderón y teme la polución de la M-30: «En ese parque habrá 40 ó 50 salidas de humos, eso no tiene remedio».

«La parte más estimulante»

Francisco Caño, el presidente de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos, cree que «ésta es la parte más estimulante de la obra de la M-30, muy distinta a las molestias que genera». Caño dice que los vecinos de la zona le transmiten su satisfacción por los planes municipales. «Lo primero que piensan que los pisos se van a revalorizar mucho», dice, aunque él les recuerda los beneficios para su calidad de vida que supondrá la desaparición del tráfico en superficie.