La portavoz de la Presidencia de Ezker Batua-Berdeak, Isabel Salud, mostró hoy su "más enérgico rechazo" a las medidas anunciadas por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, porque "vuelve a hacer pagar la crisis a las personas asalariadas y pensionistas", y afirmó que "es hora ya de plantear una gran movilización sindical, social y política". Además, preguntó al lehendakari, Patxi López, si va a aplicar en Euskadi esas propuestas "neoliberales".

En su opinión, la reducción salarial del funcionariado, la congelación de las pensiones y la rebaja de la inversión pública son actuaciones que evidencian "la incapacidad" de la gestión del Gobierno, que "da sensación de debilidad económica y nos sitúa a la altura de Grecia".

En un comunicado, Isabel Salud reprochó a Rodríguez Zapatero que haya "hecho caso exclusivamente al Fondo Monetario Internacional, porque pretende poner en práctica las medidas de reducción del gasto social planteadas por este organismo", que tienen como objetivo convertir a las personas trabajadoras y a las asalariadas en las paganas de esta crisis".

Por el contrario, apuntó que "no se ha atrevido a adoptar iniciativas valientes como reinstaurar el Impuesto de Patrimonio, cuya eliminación ha supuesto la pérdida de 2.000 millones de euros".

Asimismo, recordó que "una de las causas de la debacle económica" han sido las ayudas consignadas para sanear los bancos, cifradas en 26.000 millones de euros en 2009, un 2,6 por ciento del PIB; unas cantidades que, "si no se hubieran destinado a ese propósito, no estaríamos en esta situación".

El estado de bienestar,

"en entredicho"

Desde ese punto de vista, Salud consideró que las propuestas anunciadas por el presidente del Gobierno "ponen en entredicho el estado de bienestar en España".

La dirigente de Ezker Batua-Berdeak quiso, además, saber si el lehendakari va a adoptar estas medidas en Euskadi, teniendo en cuenta que Patxi López "ha seguido a pies juntillas la política económica de Zapatero".

En su opinión, "la izquierda de este país no puede estar callada ante este nuevo retroceso en los derechos social y laborales de la sociedad", motivo por el cual cree que "es hora ya de que se lleve a cabo una gran movilización sindical, social y política que recuerde al Gobierno que no son las personas trabajadoras las culpables de la crisis y que, por tanto, tampoco tienen que ser los paganos de la misma".