Por un lado, 200 familias que  viven directamente de 4 canteras de Alhaurín de la Torre, y otras 1.100, indirectamente. Por otro, una plataforma ciudadana que exige el cierre de las extracciones por motivos medioambientales. En medio, un vacío legal y la polémica sobre cómo resolverlo. Y para rematarlo, una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) que obliga a cerrar las instalaciones antes del 13 de diciembre.

20 minutos explica las circunstancias y las posibles soluciones de un conflicto que afecta a uno de los sectores productivos esenciales en la economía de la provincia.

Las claves

El problema legal: «Las canteras tienen licencia para tratar los áridos, pero no para extraerlos», explica el alcalde, Joaquín Villanova (PP). En eso se basa el TSJA para decretar la clausura de las instalaciones.

La presión ciudadana: Plataforma en Defensa de la Salud y la Sierra y ecologistas defienden el fin de las canteras por su impacto ecológico y en las personas. Sindicatos y empresas lo niegan.

Una solución política: «Si la Junta cambia el uso del suelo de las canteras, el Ayuntamiento dará las licencias de extracción», dijo ayer Villanova. Así se dejaría sin argumento la decisión del TSJA.

El drama humano: Trabajadores de las canteras de Alhaurín se manifestaron ayer en la capital. Exigieron al PSOE, PP e IU una solución. Temen que haya pelotazos urbanísticos con los terrenos. Cobran unos 1.200 euros al mes. Media de edad: 50 años. En las concentraciones de ayer murmuraban: «Qué vamos a hacer con esta edad si nos quedamos sin trabajo». En mitad del bullicio, una vendedora de lotería hizo su labor a ritmo de un décimo por minuto. Y así, en los ojos de quienes trabajan la piedra, la esperanza volvió a brillar.

2 preguntas sobre...

Consecuencias del cierre de las canteras

1 ¿Cómo afectaría a la construcción? La vivienda subiría de precio, ya que el 70% de los áridos con los que se edifica en la provincia sale de Alhaurín, según CC OO.

2 ¿Podría sacarse el áridode otros puntos de la provincia? Hay otras 20, pero más pequeñas y dispersas. Los trabajadores dicen que

la materia prima de Alhaurín es la que tiene mayor calidad.

José Antonio Torres. 34 años. «Llevo diez años trabajando en las canteras. Si me echan a la calle, no sé cómo voy a buscarme la vida. Tengo que pagar el piso, el coche, los gastos de los niños...».

Salvador López. 61 años. «Trabajo en las canteras desde hace 30 años. Los de la plataforma dicen que hay mucho asma en

el pueblo, pero yo no estoy enfermo. ¿Qué voy a hacer si me despiden a mi edad?».

Milutin Bozovic. 57 años. «Tengo una casa cerca de las canteras y trabajo en ellas. Muchos ricos se han hecho un chalé sabiendo que las extracciones estaban allí. Yo creo que quejarse ahora no vale».