Arslan Ahmedov: «Antes del clic, el mundo exterior deja de existir. Disparo la foto intentando que esa sensación no desaparezca»

Robert Frank —quizá el fotógrafo más importante del siglo xx— nos enseñó que las buenas fotos no se hacen con el ojo y la combinación de ópticas y mecánicas, sino con el corazón. Al final de su carrera estaba convencido de que «la palabra es más importante que las fotos» y raspaba los negativos para destruirlos. La obra del búlgaro Arslan Ahmedov participa de esa epifanía convulsa (destruir para reducir, reducir para entender). «Quiero que todo esté desnudo, sin la hipocresía de la vanidad y de las circunstancias del tiempo», dice sobre sus piezas. En La confesión (página siguiente, arriba) retrata a su novia en un limo cenagoso («es la forma de decirnos que nos queremos»); en La musa con una rama de morera (arriba) recrea un motivo de Henri Rousseau para simbolizar la muerte a través del leño quebrado... No le importa el momento decisivo, sino el momento interminable. «Antes del clic lo olvido todo, el mundo exterior ya no existe. Disparo la foto antes de que esa sensación desaparezca».
Autorretrato
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Arslan Ahmedov
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Nació en 1983 en Varna, la tercera ciudad en población de Bulgaria. Estudió para operador de cámara y director de fotografía. Ahora vive en Sofía y trabaja como funcionario en el Sistema de Información Geográfica estatal. Arslan Ahmedov participó, en 2008, en el proyecto fotográfico-social El jueves de los marginales, en la cárcel de la capital búlgara, y en la exposición colectiva Identidades. Este año fue uno de los fundadores del Boletín fotográfico, la primera revista sobre artes visuales que se edita en Bulgaria.

Más que a ningún otro artista, admira a Francisco de Goya: «Amaba su patria y sus tradiciones. Las defendía, luchaba por ellas con su arte. Era apasionado, jugaba con fuego, mientras creaba y amaba. Admiro su temperamento ardiente. Fue un hombre como los demás, pero ha dejado un trazo extraordinario».

Empezó a hacer fotos en 2005 y utiliza una cámara de medio formato Kiev 88, con una lente de 80 milímetros y «todo tipo de película en blanco y negro».

¿Te importa que consideren tus fotos como pictorialistas?

Me inspira mucho más la pintura que la fotografía y creo que ésta, la fotografía, es un instrumento que te permite dibujar sin tener el pincel y la paleta en la mano. Hago mis fotos de esta forma conscientemente. Si la gente las concibe como pictorialistas, para mí es una nota muy alta.

¿Cómo han cambiado tus fotos desde que empezaste?

He pasado de un kitsch tremendo a otro más suave. Eso espero [se ríe]. Lo importante es trabajar. La perfección llega con el trabajo.

¿Cómo aprendiste a hacer fotos?

Estoy aprendiendo todavía, mientras las hago, y tengo amigos que me dan consejos sobre el revelado y la luz. Por desgracia no dispongo de mucho tiempo libre. Hago uno o dos carretes al mes, y eso me obliga a cometer el mínimo número posible de errores.

¿Cuál es tu estrategia en el momento de interactuar con los modelos?

No interactúo con ellos innecesariamente. Dejo que el silencio haga gran parte del trabajo. Como no hablo, mis modelos se sienten algo incómodos y se preguntan qué está pasando. En ese momento, cuando no piensan en qué pinta tienen o cómo van a salir, es cuando lucen más naturales. Espero que llegue ese momento y disparo.

En tu blog aparecen vínculos a páginas web sobre Paco de Lucía y Nina Simone. ¿Qué relación encuentras entre música y fotografía?

Los títulos de algunas de mis fotos son iguales que los de canciones. Paco de Lucía, Nina Simone y Lhasa de Sela han inspirado mis mejores fotos. Creo que la música es el arte superior, logra llegar a todo el mundo y expresa el intelecto, el progreso, la humanidad, el alma... Ningún otro arte puede lograrlo tan fácilmente. Me parece irónico que lo más bello que ha creado el hombre no pueda ser visto ni palpado.

También mencionas a Kafka, Joyce y Shakespeare... ¿Dónde está el nexo entre literatura y fotografía?

Es categórico. Las une la misma finalidad: la de servir como recuerdo y memoria, hacer el mundo más hermoso, grabar el progreso y la decadencia humanos...

¿Por qué utilizas el español para titular muchas de tus fotos?

Adoro la cultura hispánica y la energía de la lengua castellana. La lengua es como una canción de amor que sale del corazón y existe algo muy original en la melodía del castellano, algo que yo no encuentro en mi lengua. Firmo mis fotos con la música interior de los nombres en castellano...

www.arslanahmedov.blogspot.com

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