La muestra pretende romper el debate entre lo abstracto y lo figurativo con un diálogo entre las obras de estos dos artistas, de los "más importantes de España", dos creadores que son "un ejemplo claro" del arte en este país en los últimos cuarenta años y que continúan "arriesgando" en sus trabajos, investigando y experimentando con sus obras.

Así lo explicó hoy, en rueda de prensa, el coordinador de la exposición y crítico de arte, Ángel Antonio Rodríguez, en la presentación de 'Diálogos' en Zaragoza, acto en el que estuvo acompañado por la diputada de Cultura de la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ), Cristina Palacín, y los artistas Santiago Serrano y Carlos Franco.

Cristina Palacín indicó que esta muestra inicia la campaña estival del Monasterio de Veruela, que visitarán esta temporada entre 10.000 y 15.000 personas, y consideró que ésta "será una de las exposiciones de referencia en la Comunidad autónoma".

En ella dialogan las creaciones de Santiago Serrano y Carlos Franco, "dos de los artistas que irrumpen en escena a mediados de los años 70" y que realizan ahora una propuesta única, afirmó Palacín, para recomendar al espectador que "se deje seducir por el triángulo amoroso que proponemos" y que forman la relación entre el arte y el Monasterio de Veruela, el diálogo entre estos dos artistas "y el diálogo de las obras con el espectador y con el Monasterio".

A su juicio, este 'triángulo amoroso' "sorprenderá con garantías y con agrado" al público que se acerque a Veruela, aunque no sean espectadores "cercanos al arte contemporáneo", apuntó.

Para Ángel Antonio Rodríguez, esta iniciativa es "doblemente interesante" por converger "un espacio tradicional y austero con dos artistas de espíritu distinto", pero cuyas obras también "beben" del espíritu del císter, de la sobriedad y austeridad de los monjes que vivieron en el monasterio.

En el caso de Carlos Franco, se trata de un artista figurativo mientras que Santiago Serrano propone un arte abstracto, aunque éste "es un debate caduco", aseguró Rodríguez, al indicar que ambos creadores pertenecen "a una generación que se dio a conocer en los años 70 y que participaron en corrientes comunes". Además, los dos artistas comparten la "singularidad" de que no se han dejado llevar "por dogmas" y "aún siguen experimentando con sus trabajos".

Obras "muy experimentales"

En Veruela presentan obras "muy experimentales" que tienen en común la "austeridad y sobriedad del espacio", aunque Carlos Franco presenta un trabajo "más colosal, más barroco", realizado en los últimos quince años, y Santiago Serrano muestra obras más recientes, de los últimos tres años.

Se exponen 17 pinturas de Carlos Franco, creaciones "más cromáticas, con mucho color" y que "beben de la tradición y la contemporaneidad", en las que el artista "se nutre de la propia pintura" para dar forma a unos lienzos, en su mayoría "inéditos" para el público zaragozano; y 22 obras de Santiago Serrano, que reflejan "la nueva vida del artista que le ha llenado de energía", un cambio que presenta en la serie 'Hueco y olvido' y en 'Silenciario', apuntó Rodríguez.

Carlos Franco (Madrid, 1951) explicó que, en esta muestra, presenta una "antología" de los últimos quince años, desde que terminó la decoración de la Casa de la Panadería de la Plaza Mayor hasta la actualidad.

Por su parte, Santiago Serrano (Villacañas, Toledo, 1942) ofrece obras más recientes en la serie 'Hueco y olvido', que da continuidad a una serie anterior, "de finales de los años 80 o principios de los 90", titulada 'Hueco y memoria'.

Los dos creadores coincidieron en subrayar la "importancia" del espacio en el que exponen sus trabajos. Ambos conocen el Monasterio de Veruela "desde hace tiempo" y cuando la Diputación de Zaragoza les propuso esta muestra "me encantó la idea", afirmó Franco, al apreciar que este espacio "invita al ensimismamiento" y posibilidad vivir el arte "de tú a tú".

Para Santiago Serrano, el Monasterio de Veruela "supone un lugar mágico, de recogimiento y silencio, que invita a ser partícipe" del mismo y "ver nuestras pinturas colgadas dentro siempre supone un reto", valoró.

De esta forma, y en dos exposiciones individuales, sus obras "dialogan con el espacio y conviven ética y estéticamente", indicó Ángel Antonio Rodríguez, para recomendar al espectador que disfrute de estas pinturas "a pocos centímetros de la tela". "Son obras para ver de cerca, porque hay mucha riqueza textural y mucho por descubrir" en ellas, concluyó.