Las Conferencias Episcopales de Europa abogan por ver la inmigración como "positiva" y abandonar "el miedo y el temor"

Rouco Varela preside mañana en la Catedral de Málaga la eucaristía de clausura del Congreso Europeo sobre Migraciones

Las Conferencias Episcopales de Europa, que han promovido el Congreso Europeo sobre Migraciones desarrollado estos días en Málaga, afirmaron hoy que hay que "ir más allá" del sentimiento "de miedo y temor" que muchas veces se vive de cara a las migraciones en Europa y abogaron por considerar este fenómeno "adoptando un enfoque positivo", ya que es "una potencialidad para el futuro de Europa".

Así, indicaron que es "una verdadera gracia si utilizamos los términos eclesiales", no sólo desde el punto de vista del futuro económico del continente, sino también por su futuro social y cultural. Éstas son algunas de las conclusiones a las que se llegó tras las celebración de las jornadas.

El presidente de la Comisión Episcopal para las Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, José Sánchez, valoró los temas abordados en el Congreso Europeo sobre Migraciones y aseguró que "se han logrado los objetivos e, incluso, la orientación de la temática".

Así, indicó que este congreso sirve para dar una respuesta al fenómeno de la movilidad humana en Europa en este momento, y precisó que en la última época ha habido "una convulsión demográfica" causada por el fenómeno de las migraciones". También precisó que la inmigración "es un desafío a una sociedad, a una administración pública y a la Iglesia".

En este sentido, explicó que la Iglesia se siente "interpelada siempre", y declaró que es "ante cualquier extranjero que esté entre nosotros, independientemente de su clase, religión o cultura", por lo que el congreso se ha fijado en torno "la extensión de los derechos personales".

El también obispo de Sigüenza-Guadalajara indicó que hubo tres cuerpos definidos en todo el trabajo y en torno a los que giran las conclusiones que se están elaborando: familia, sociedad y comunidad religiosa como "ámbitos o espacios donde han de realizarse los derechos de un inmigrante".

"Nuestro intento es que la Iglesia, que tiene un concepto de la humanidad como una y diferente, con sus respetos y sus derechos, pueda servir de paradigma y a veces también de confrontación con otras realidades que no van por el buen camino, como pueden ser el rechazo, la xenofobia o la discriminación", sentenció Sánchez.

Por otro lado, se refirió a la crisis económica en relación con los inmigrantes, que se ven afectados "muy perjudicialmente", al tiempo que precisó que "hay diversidad en la repercusión de la crisis, pero, en general, la padecen más que los autóctonos" y sobre todo "sin red que les ampare, que es la familia", cuando se quedan sin trabajo, además de que "tienen un paro muy corto en el tiempo".

Por su parte, el obispo auxiliar de Bucarest (Rumanía), Damien Cornel, que abordó en una de sus ponencias el tema de la familia, dijo en rueda de prensa que es la primera vez que participa en un congreso que habla de migración y consideró "enriquecedor" asistir a estos trabajos para conocer la realidad.

Así, aseguró que Rumanía es un país de Europa del Este donde se vive muy fuerte el fenómeno migratorio e insistió en que hay que llevar a delante una buena pastoral familiar para las personas que dejan el país. Además, informó de que es el tercer país europeo por número de ortodoxos —por detrás de Rusia y Ucrania—, por lo que son pocos los rumanos católicos que viven allí.

Por otro lado, el obispo auxiliar de Bucarest comentó la "obligación" de la sociedad para gestionar el fenómeno migratorio, también desde el punto de vista jurídico, ya que conlleva "miedos y temores" para estas personas.

Las jornadas serán clausuradas en una eucaristía que tendrá lugar mañana en la Catedral de Málaga y que presidirá el cardenal arzobispo de Madrid Antonio María Rouco Varela, presidente de la Conferencia Episcopal Española.

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