Las actuaciones tuvieron por objeto evitar el progresivo deterioro del edificio, así como la adecuación del mismo para un uso genérico que no impidiera cualquier tipo de actividad relacionada con las iniciativas del Ayuntamiento como propietario del templo.

La Consejería de Fomento realizó la rehabilitación del templo en dos fases, ya que a medida que se ejecutó la primera intervención se vio la necesidad de actuar en una segunda fase.

Inicialmente las obras a efectuar se centraron en renovación de cubierta, consolidación de muros y bóvedas, carpintería, pavimento y limpieza de la piedra, mientras que la segunda intervención se centró en zonas muy deterioradas como el cabecero y algunos muros, se trató en definitiva de una recomposición de ciertas partes de la bóveda del cabecero y sellado y cosido de las grietas existentes.