"Hay que tener en cuenta algunas cuestiones fundamentales. La primera es que las centrales hidroeléctricas son reversibles, como las que se va a poder hacer entre las presas de Soria, Las Niñas y Chira, para las que precisamente la semana pasada se aprobó medidas de carácter de ordenación del territorio", dijo.

Aquí, apuntó que estas centrales son de almacenamiento de energías renovables, no de generación, una idea que Marrero consideró básica. Estas centrales hidroeléctricas consumen el 30 por ciento de la energía que la almacenan.

Por su parte, el Plan Energético de Canarias tiene previsto que a fecha de 2015, que el 30 por ciento de la producción de energía de las islas se hagan mediante energías renovables, lo que significa que el 70 por ciento restante tendrá que producirse mediante las fuentes convencionales de producción de energía eléctrica, que son el petróleo y el gas.

"Si de ese 70 por ciento —añadió—, descartamos el gas, el sobrecoste de energía eléctrica en Canarias será de 150 millones de euros al año. Si no se aplican las previsiones sobre plantas regasificadoras, el sobrecoste será de 150 millones en 2015".

Asimismo, entendió que la postura expresada por el Cabildo de Gran Canaria —en el sentido de que no era necesaria la regasificadora en la isla— "no deja de causar perplejidad", matizando que oficialmente el Gobierno de Canarias no tiene constancia de esta postura.