Antonio Lorca retrata en un libro la crónica vital del 'cura' José María Javierre, "un lujo para Andalucía"

El periodista sevillano considera que 'el cura' fue "un agitador dentro y fuera de la Iglesia"

El periodista Antonio Lorca ha presentado hoy en Sevilla su libro 'José María Javierre. La sonrisa seductora de la Iglesia' (Ediciones Sígueme), donde recoge la crónica de la vida de 'el cura', como era conocido en los lugares donde trabajó, "un personaje singular" dentro de la Iglesia, del periodismo, la cultura y la literatura y una figura que representa "un lujo para Sevilla y para Andalucía, ya que se trata de uno de esos hombres extraños que aparecen en la tierra, se enamoran de ella y lo da todo por la ciudad".

"El libro es un acto de justicia con un hombre extraordinario que ha pasado de puntillas por la Historia, pero que dejó una huella indeleble en muchas personas e instituciones", señaló Lorca durante la presentación de la obra, que tuvo lugar en la casa de la familia Fernández-Palacios, donde a José María lo invitaron a entrar en la primavera de 1958 y donde se instaló hasta su muerte, el pasado 17 de diciembre, viviendo allí 51 años de su vida gracias a la generosidad de José María Fernández-Palacios y Marisa Carmona.

Tras dos años de conversaciones, el libro recoge los acontecimientos "más sobresalientes de una vida plena como la de Javierre, un cura que sin haber ostentado cargo alguno en la Iglesia, pese a ser nombrado canónigo por el entonces arzobispo de Sevilla Carlos Amigo Vallejo, ocupa un lugar en la historia del periodismo católico del siglo XX, que no se entiende sin él", aseguró.

El periodista sevillano continuó alabando su figura afirmando que fue "un hombre vitalista, con desbordante imaginación, un motor de iniciativas, un agitador dentro y fuera de la Iglesia y un sevillano y andaluz de pura cepa".

Del mismo modo, recordó que fue pregonero de la Semana Santa de Sevilla en el año 1993, así como nombrado Hijo Adoptivo de la ciudad. En la capital hispalense dirigió El Correo de Andalucía durante dos etapas, creó 'Tierras del Sur', la antesala de la Gran Enciclopedia de Andalucía, a principios de los 80, y trabajó en Canal Sur hasta el año 2004.

El libro, que se presentará mañana en Sevilla de manera pública con la presencia del vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves, y el cardenal Fray Carlos Amigo Vallejo, narra, según Lorca, toda la vida de Javierre "en sentido inverso". Así, la publicación alberga sus días desde su vejez a su infancia, desde su condición de abuelo de los nietos de los Fernández-Palacios a la infancia de un niño de la Guerra Civil, desde sus días en Sevilla hasta lo vivido en su Huesca natal, Salamanca, en Roma, como vice-rector del Colegio Español, en Munich, como director del Colegio Español, en Tierra o en París, entre otros lugares.

Asimismo, Lorca confesó que habló con él de su leucemia, de los seis papas que conoció, de su pasión por la biología, del amor, de sus amores, de sus enamoramientos, de su decepción con la Iglesia, Andalucía y Sevilla, de su miedo por morir, de sus amigos, de El Correo de Andalucía y de su pasado falangista y franquista como hijo de un sargento de la Guardia Civil y su conversión a la democracia en la Roma de los años 50.

Lorca apuntó que todos estos elementos provocan "una crónica superficial e incompleta de la vida de un hombre con un contenido imposible de cerrar en un libro". Con respecto al libro, indicó que de todos los calificativos que podrían adjudicar a la figura de 'el cura' se queda con "su atractivo para cautivar y enamorar a las personas".

"enemigo de las memorias"

El libro, que saldrá el próximo viernes a la venta con una tirada de 2.000 ejemplares, se gestó en los inicios del año 2007, aunque fue en 2005 cuando Lorca le propuso que el propio sacerdote escribiera sus memorias, a lo que se negó "tajantemente". Tras dos años de negociación, aceptó y comenzaron a hablar "de lo divino y lo humano".

"Javierre era enemigo de las memorias, pues decía que sólo sirven para justificar los pecados y hablar de lo bueno que ha sido uno", afirmó. No obstante, precisó que "tenía pudor a medio desnudarse ante los demás", ya que lo que la obra recoge es parte de su vida, ya que decía que "no quería herir a nadie, puesto que no se lo podía permitir como cristiano ni como sacerdote".

En este sentido, añadió que "había muchas personas vivas que podían sentirse heridos con sus opiniones", por lo que Lorca cree que "se ha llevado muchos secretos con él, tanto de la Iglesia española, del periodismo como de la Curia vaticana". "Él ha contado lo que ha querido o le ha parecido oportuno para no molestar a otras personas", dijo.

La mujer y sus amores

El director de Comunicación de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Antonio Lorca, apuntó que Javierre tenía "una alta concepción del papel de la mujer en el mundo y en la Iglesia, criticando a ésta por el escaso papel que en la actualdiad otorgaba a la mujer en ella".

Lorca confesó que Javierre le comentó que durante su vida había estado "dos veces enamorado". De esta manera, le apuntó su amor por Nefertiti, de quien escribió una crónica titulada para el diario YA, 'Por fin he conocido a mi amada' tras visitar el busto de ella en Alemania. Por otro lado, trasladó su amor por Guiletta Messina, esposa de Federico Fellini, a la que conoció años más tarde durante una entrevista en la que le confesó sus sentimientos.

Javierre y el correo

José María Javierre dirigió en dos etapas distintas el periódico El Correo de Andalucía, bajo el franquismo y desde 1984, siendo en este segundo período cuando coincidió en la redacción con Antonio Lorca, quien afirmó que "su relación fue difícil y dura, tanto por el carácter de 'el cura' en su cargo de jefe como por las circunstancias que vivía el diario, que sentía como había perdido su identidad ante la sociedad y como la crisis económica le acechaba".

En este contexto, Amigo Vallejo le encargo recuperar la identidad y la economía del periódico, un trabajo "difícil". De estos momentos, Javierre, según Lorca, afirmaba que "le dolían, pues la redacción no pudo conocer al jefe, ya que pesaba la loza de la economía".

Lorca consideró "un verdadero milagro del Cardenal Spínola que el diario no se quedara sin salir algun día, pues hubo noches que faltaron bovinas de papel, llegando a ser cedidas, incluso, por los otros periodicos de la ciudad".

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