El joven que retuvo a su novia para que no fuera al baile de fin de curso ha aceptado este miércoles una pena de dos años de cárcel, después de que su defensa, la acusación particular ejercida por la familia y el fiscal llegaran a un acuerdo. Finalmente no se le ha imputado el delito de detención ilegal, que fue sustituido por uno de coacciones.

El letrado de la acusación ha explicado que la familia aceptó llegar a un acuerdo porque entiende que hay cierto "arrepentimiento", teniendo en cuenta que el procesado ha cumplido una orden cautelar de alejamiento durante dos años y ha pagado íntegramente la responsabilidad civil.

Según el escrito de la Fiscalía, la tarde del 12 de junio de 2006 el acusado, Xavier R.B., fue a recoger a su novia, con la que salía desde 2005, para llevarla al baile. Una vez en el coche, el acusado cambió la ruta hacia un polígono industrial, manifestando que la llevaría muy lejos porque no podía soportar que ella acudiera a la fiesta.

Una vez allí, le dijo a la joven que se mataría o la mataría a ella con una pistola que tenía en el coche y le prohibió que llamara a sus amigas o familiares para pedir auxilio. Después le amenazó con matar a su hermano pequeño y le obligó a llamar a las amigas con las que había quedado para que "no sospecharan nada". Permanecieron los dos en el vehículo hasta las 22.00 horas, cuando el acusado decidió llevarla a su casa, sabiendo que sus padres habían salido y estarían solos.

Xavier "la agarró fuertemente por las manos y la sacó del interior del vehículo", forzándola a entrar en el interior de la vivienda. Allí obligó de nuevo a la víctima a llamar con el manos libres a sus amigas y decirles que no iría a la cena, para que éstas no se preocuparan y llamaran a los padres. Cuando ella intentó abandonar el domicilio, la empujó y le pegó en la cabeza contra la pared.

La chica consiguió salir a la calle y alertar a los transeúntes, mientras que el acusado se escondía en su casa. Apareció entonces el padre de la joven y el acusado cogió un cuchillo de cocina, que le exhibió, aunque algunas personas consiguieron interponerse entre ambos. El fiscal le acusaba de un delito de detención ilegal, uno de amenazas, otro de violencia de género y una falta de amenazas.

Según el letrado de la defensa, fue "una riña de novios", que se les fue de las manos cuando la joven llamó y envió mensajes a varios amigos y a su familia, pero que "en ningún caso" se podría habar de secuestro. Xavier, que no irá a prisión porque no tiene antecedentes, tampoco podrá acercarse a la víctima ni a su familia durante cinco años.