Desde hacía varias semanas los agentes seguían la pista a un varón que suministraba heroína a otros traficantes de menor nivel, de la zona de San Francisco. Este varón, que iba siempre acompañado de otro, realizaba labores de guardaespaldas tanto en las transacciones como en la localización de presencia policial.

Esta circunstancia hacía especialmente difícil el seguimiento al ahora detenido, que además se había instalado fuera de la provincia para eludir la acción policial, aunque las ventas importantes las realizaba en la capital vizcaína. Sin embargo, a raíz de estas investigaciones se pudo averiguar que ocultaba la droga en una vivienda del municipio alavés de Llodio, aunque residía en el municipio también alavés de Artziniaga.

Una vez comprobadas estas circunstancias y averiguada su forma de actuar, los agentes decidieron interceptar una de esas transacciones. Sin embargo mientras le vigilaban, y momentos antes de realizarse, fueron descubiertos, y ambos trataron de huir por lo que tuvieron que ser reducidos por la fuerza. En ese momento, se les ocupó un paquete con 100 gramos de heroína de gran pureza.

En un posterior registro de la vivienda de Llodio, con el correspondiente mandamiento judicial, se ocuparon 500 gramos más de la misma droga, así como útiles y efectos para la elaboración y transporte de la misma.