Los miembros del jurado popular declararon hoy culpable al joven de Cambados (Pontevedra) Juan Ramón G.A. por la muerte de Marcos Muñiz Calviño, en la citada localidad pontevedresa, en junio de 2007, por no devolverle la consola que le había prestado

Tras escuchar al portavoz del jurado en la vista celebrada hoy, el Ministerio Fiscal elevó a definitiva su solicitud de 15 años de prisión para el procesado, apodado "el ruso", y la obligación de indemnizar al hijo de la víctima con 180.000 euros y con 18.000 euros para los padres.

Por su parte, la acusación particular rebajó su petición inicial de pena de 20 años a 15, con una indemnización de 200.000 euros para el hijo y 20.000 para los padres, al entender el jurado que no hubo premeditación, lo que elevaría la calificación del delito a asesinato.

Por su parte, la defensa del autor del conocido como 'Crimen de la Play Station' pidió que se le aplique la pena en su grado mínimo, lo que supondría únicamente 10 años de cárcel.

Cuando se produjeron los hechos, el acusado tenía 22 años de edad y la víctima 24, y, aunque habían sido amigos, en ese momento estaban enemistados porque Marcos se negaba a devolver a Juan Ramón una PlayStation, 400 euros, un caso de moto, juegos y música, que había dejado días atrás en la casa de este último en la parroquia de Oubiña, en Cambados (Pontevedra).DECLARACIONES

El jurado tomó en consideración la explicación dada en sala por la madre de Marcos Muñiz, que relató al jurado como el procesado había acuchillado a su hijo. Asimismo fueron considerados relevantes los mensajes amenazantes que el procesado envió a la hermana y a la novia del fallecido, en los que les decía que iba a acabar con su vida.

Igualmente fueron determinantes los informes emitidos por los forenses que examinaron a Marcos Muñiz, y que descartaron que la herida que presentaba el cadáver se tratase de una agresión fortuita. También determinaron que el agresor estaba encima de la víctima en el momento del crimen.

Por otra parte, el jurado no dio credibilidad a las alegaciones de la defensa, que sugirió que no había pruebas suficientes para condenar al procesado. El abogado llegó a insinuar que fue la madre del fallecido la que clavó el cuchillo en el costado de su propio hijo al intentar defenderlo durante la pelea que mantuvo con el acusado el día de los hechos.

Finalmente, el jurado tuvo en cuenta también los testimonios prestados por la hermana y la novia del fallecido, quienes durante la segunda sesión del juicio reconocieron que no vieron el momento en el que propinó la puñalada a la víctima y que ni siquiera vieron a Juan Ramón con un cuchillo en la mano.