El concejal de Casco Antiguo, Angel Varea, visitó hoy esta actuación, que se ha llevado a cabo a través del convenio que, desde hace tres años, mantienen el Consistorio y la Diócesis riojana para la recuperación de patrimonio arquitectónico.

En este sentido, Varea apuntó que, en el primer año del acuerdo, se recuperó el tejado de la sacristía de la Iglesia de Santiago, y, en el segundo, se abordaron actuaciones en la Iglesia de Palacio, en todos los casos, contando con una partida presupuestaria de 45.000 euros.

Este año, según relató el concejal, la Diócesis decidió que el dinero se destinara este año "a este espacio de San Bartolomé, que es pequeño, pero que esconde varios aspectos relacionados que son interesantes".

A ello sumó "los trabajos en arqueología" que han dado como resultado restos de la primera muralla de la ciudad "que están bajo la tarima" de la sacristía. El párroco de San Bartolomé, Alberto González, apuntó que también se han hallado enterramientos "o que se había contado en las paredes con piedras diferentes".

González agradeció la implicación del Ayuntamiento en estos trabajos y recalcó que "en nuestro caso, han tenido mucho interés para recuperar el espacio y para investigarlo, buscando detalles para su rehabilitación que, si no son de la época, sí son lo más cercano".

El encargado de la recuperación, Ignacio Gómez, detalló que "la mayoría de las fuentes documentales ignoraban este recinto, porque estaba oculto, tabicado, con zonas cubiertas de yeso y que no se usaba excepto como almacén". Con todo, los estudios apuntan a que su construcción data de los siglos XIII ó XIV.

Gómez indicó que "lo más sorprendente es que se trataba de una pieza que parece embutida entre dos muros, lo que era la fachada y un antiguo claustro de la Iglesia, que ocupaba lo que hoy es la Plaza de San Bartolomé", una situación que parecen confirmar también "la posición de los enterramientos hallados".

A juicio del encargado de la recuperación "es muy curioso el uso de piedras diferentes, parece que se construyó entre las trazas de algo ya construido". "Ha sido un pequeño gran trabajo de recuperación, en el que se ha trabajado también en la cubierta o en la fachada", dijo Gómez.

A ello añadió, además, que algunos elementos parecen confirmar que se trataba en su origen de la sacristía general del templo, y no de la sacristía de la anexa capilla de los Márquez, como se ha apuntado en algún momento.