¿Por qué se ha pasado al lado empresarial?

Soy un compositor muy prolífico y me sentía frustrado porque sólo podía publicar una banda sonora y un disco clásico al año, como mucho. Todo ello tenía que ser con dos discográficas diferentes, dos campañas de promoción...

Ahora manda usted.

Tengo la libertad creativa y también las posibilidades financieras para publicar mis álbumes. Incluso la ópera Man and boy: Dadá, con la que no sé si recuperaré el alto coste de la grabación.

Además, no parece muy buen momento para las discográficas.

Bueno, yo estoy chapado a la antigua. Me gusta ir a las tiendas de discos, buscar y, si veo algo que me gusta, llevármelo. Nunca he comprado nada en Internet y nunca me he descargado nada.

¿Pero le preocupa que sus discos no se vendan?

Me preocupa que se conozca toda mi obra. Ahora, el público puede acercarse a estos álbumes por la nueva interpretación de El piano. También puede ver que hago otras cosas que van más allá del cine.

¿Quiere que le dejen de ver sólo como autor de bandas sonoras?

Hago muchas más cosas. Ahora soy muy selectivo con las películas en las que participo. Sólo lo hago si son de calidad, como The Libertine, que está por estrenarse, o la polaca Jestem, que es preciosa.

El año próximo cumple 30 años con la Michael Nyman Band. ¿Tiene algo previsto?

¿De veras? No me había dado cuenta. Bueno, quizá.

¿Le gustaría probar un repertorio nuevo?

Eso no depende sólo de mí, sino también del promotor, del público... Quieren algo nuevo, pero también piden las piezas más famosas.

¿Y a usted qué le apetece?

Quizá tocar en directo con Estrella Morente, que es algo que está en proyecto.

Bio

Nace en 1944, en Londres. Fue crítico musical. Desde los 80 es uno de los compositores más célebres gracias a sus trabajos para el cine.